LAS TARIFAS DEL BARCO, INATACABLES

A propósito del precio

El anuncio del Gobierno local de la aplicación en julio de reducciones sobre las tarifas del transporte marítimo para los "ausentes" conforma el enémiso capítulo de las iniciativas con las que, desde hace años, se viene intentando reabajar unos precios que los ceutíes continúan considerando escesivos. 

Avemar dos puerto balearia (2)
photo_camera El Avemar Dos abandona el puerto ceutí/A.S./ARCHIVO

La imagen del presidente de la Ciudad, Juan Vivas, sentado en las escaleras del buque Passió per Formentera parecía haber marcado el límite de la paciencia de los ceutíes hacia la calidad de los servicios que prestan las navieras. Corría el pasado 13 de febrero cuando el incidente, provocado por el gran número de pasajeros que la compañía Baleària, propietaria del ferri, subió a bordo, llegó incluso a las páginas de algunos diarios nacionales.

Apenas una semana después, y como reacción a una entrevista del presidente de la naviera balear, Adolfo Utor, la Ciudad emitía un duro comunicado en el que advertía de que, pese a la resistencia de las compañías, emprendería medidas dirigidas a procurar la reducción de las tarifas del transporte marítimo de pasajeros. “No nos vamos a resignar”, concluía aquella nota.

Los compromisos para promover reducciones en los precios del barco se han convertido a estas alturas en un tópico del debate político local. Pese a los múltiples anuncios lanzados a la opinión pública a lo largo de los últimos años, los elevados precios de los pasajes del barco que une Ceuta y Algeciras continúan siendo un castigo sobre las espaldas de los ceutíes y un lastre para el desarrollo mismo de la economía local.

Antes de la crisis abierta por el comunicado de la Ciudad, el Gobierno local ya había anunciado que sopesaría la posibilidad de invertir dinero público en el accionariado de una cuarta naviera. La tesis del equipo de gobierno local, sostenida también por el resto de grupos políticos y agentes económicos, se basa en la certeza de que la libre competencia está ausente del servicio de transporte de pasajeros del Estrecho.

El consenso en torno a este estado de cosas no ha servido, sin embargo, para avanzar ni un ápice en la regulación a la baja de las tarifas. Ningún departamento de la administración pública ha intervenido para reconducir el comportamiento de las navieras, más allá de alguna multa ocasional.

 

Actuaciones

Ni las actuaciones comprometidas para abaratar el precio del barco a los turistas mediante promociones concertadas con navieras y comercios, ni la solicitada reducción de los precios para los familiares de los residentes ceutíes que viven en el exterior, ni mucho menos una rebaja generalizada de los precios han conocido el más mínimo logro.

A finales de 2015, el Gobierno local se comprometía a poner en marcha un “cheque-compra” con el que los turistas podrían adquirir artículos en la ciudad. Tales cheques se entregarían gratuitamente con la adquisición de un pasaje de ida y vuelta. El proyecto jamás llegó a ponerse en marcha.

La reducción de los precios para los llamados “ausentes” es, si cabe, más antigua. Ni durante las vacaciones de Navidad ni las pasadas de Semana Santa se ofreció descuento alguno para este grupo de personas.

Más recientemente, el consejero de Turismo, Fernando Ramos, revelaba en el transcurso de una sesión plenaria de la Asamblea que el Gobierno había solicitado a las navieras un acuerdo para establecer precios rebajados en una de las rotaciones que diariamente cubren sus barcos entre Ceuta y Algeciras. Al tiempo, cifraba en 350.000 euros la partida con la que la Ciudad financiaría subvenciones directas a los usuarios para abaratar los pasajes. Días antes, el presidente Vivas había anunciado su intención de que estas ayudas comenzaran a concederse, ya fuera con la colaboración de las navieras o sin ella, a mediados de julio.