El pasado 26 de julio, el capitán marítimo, Jesús Fernández de Lera, explicó que tanto los buzos como el personal de una empresa de Algeciras que se ha desplazado a Ceuta, “trabajan 24 horas” para tratar de sellar las grietas que presentan los tanques del buque y las que han aparecido mientras se están realizando las labores de reparación.
Hasta ese momento, según el capitán, “el tanque número dos y el cinco completamente sellados”, siempre refiriéndose a la banda de babor. También lo hacen los tanques de gasoil que estaban dañados, “y entre hoy mañana estarán listo los números tres y los cuatros”.
Ahora sólo resta, aunque es lo más complicado, la reparación del “cofferdam, que es un espacio que está entre tanques y que se sitúa debajo del motor principal”, ha dicho Fernández.
Además de los trabajadores de la empresa de Algeciras también se han desplazado hasta Ceuta otros pertenecientes al fabricante del motor, “que están evaluando si el motor principal presenta algún tipo de daño que hiciera imposible arrancar las máquinas”.
Las autoridades marítimas españolas solo van a permitir que el buque pueda navegar hasta Cádiz para llegar hasta las instalaciones de una empresa que cuenta con una terminal de cemento, que se ubica en La Cabezuela. Una vez allí y procedida a la descarga del cemento que hay en el barco, la nave pasaría a los astilleros de Navantia, en los que se van realizar las reparaciones necesarias.
Esto se ha producido esta mañana, cuando el buque ha abandonado el puerto de Ceuta con destino a Cádiz después de que se le hayan hecho las reparaciones de fortuna para que pueda llegar hasta la capital andaluza.