Remitido

Ante la crisis de la frontera

Las irregulares y ya prologadas restricciones impuestas por Marruecos y España al tránsito  de mercancías y personas por el paso fronterizo del Tarajal, están mermando de manera muy significativa el sector privado de la economía local.

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photo_camera Porteadores en la frontera (ARCHIVO)

Las irregulares y ya prologadas restricciones impuestas por Marruecos y España al tránsito  de mercancías y personas por el paso fronterizo del Tarajal, están mermando de manera muy significativa el sector privado de la economía local. El impacto en las empresas ubicadas en los polígonos está siendo demoledor. En el resto de la Ciudad, los efectos, aunque aún menos agresivos, ya empiezan a causar estragos. La preocupación entre empresarios y trabajadores directamente afectados crece por momentos. Ante estos hechos, CCOO quiere posicionarse haciendo público el siguiente comunicado:

1.- Cuanto está sucediendo en la frontera del Tarajal obedece a una estrategia diseñada por Marruecos, y avalada por el estado español, con la doble finalidad de desarrollar la economía del norte de su país, y aislar definitivamente a Ceuta y Melilla para avanzar en sus pretensiones anexionistas. No estamos ante decisiones circunstanciales,  improvisadas, temporales o inducidas por cuestiones técnicas  como pretenden hacernos creer para evitar la contestación social y eludir responsabilidades. Esta situación es irreversible. La decisión está tomada y se irá dosificando para evitar  la reacción tumultuosa de los colectivos afectados (especialmente en Marruecos).

2.- Todos los ceutíes fuimos conscientes de esta nueva realidad hace más de un año. Marruecos, con la vergonzante complicidad del Gobierno español,  suprimió la aduana comercial que mantenía con Melilla desde hace más de sesenta años.  Una inequívoca declaración de intenciones. Ante aquella indisimulable evidencia los agentes sociales promovimos una movilización ciudadana que se saldó con un decepcionante fracaso. La incomprensible indiferencia de Ceuta ante estos hechos se convirtió en un aval social (y político) al “plan de asfixia de Ceuta y Melilla” impulsado por Marruecos con la inestimable colaboración de España. Nada de lo que está sucediendo nos puede sorprender. El comercio transfronterizo está finiquitado y el turismo procedente de Marruecos herido de muerte.

3.- Ceuta no puede exigir que Marruecos reconsidere su política de frontera  porque,  además de ser un país soberano, en ningún caso se puede reivindicar el contrabando como si de una actividad lícita se tratara. Pero lo que si podemos (y debemos) exigir a nuestro Gobierno es la adopción de todas las medidas precisas para paliar los efectos de tan enorme desaguisado y, sobre todo, para reconstruir el tejido productivo local desde la exploración de nuevos ámbitos de actividad y el reforzamiento de los existentes (excesivamente debilitados). En este sentido el panorama es desolador. Ninguno de los partidos políticos con representación en las Cortes se ha interesado en este asunto, no digamos ya hacer alguna propuesta al respecto por modesta que fuera.  La única iniciativa promovida por el Gobierno de la Ciudad (la implantación del juego on-line) es notoriamente insuficiente, incierta, frágil y muy arriesgada en términos de imagen como para considerarla una alternativa consistente.

4.- Ceuta está sufriendo una reconversión brutal sin anestesia ni alternativa, que tendrá un elevadísimo coste en términos de empleo que pagarán los segmentos más vulnerables de la población. Más paro sobre el paro. Más pobreza sobre la pobreza. La única respuesta de la ciudadanía es un silencio ensordecedor como la expresión de la más absoluta indiferencia hacia la suerte de miles de ceutíes. Las administraciones públicas (gestionadas por el PSOE y el PP) se limitan a actuar como “muros de contención” al dictado de los intereses de Marruecos. Buena prueba de esta conformidad muy próxima a la sumisión es que, a pesar de la gravedad de la situación, ni siquiera ha habido un intento de articular un diálogo social para buscar soluciones. Emulando a los músicos del Titanic siguen deleitándonos con su cansina melodía mientras Ceuta se hunde.

5.- Sólo es posible cambiar el curso de los acontecimientos mediante una movilización ciudadana masiva, sustentada por un amplio consenso político y social, que reivindique un Plan de Futuro para Ceuta (que incluya medidas paliativas, programas de inversión y cambios estructurales). Pero esta iniciativa requiere un grado de conciencia ciudadana y de compromiso con esta tierra que hoy por hoy no tenemos.

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