Apostemos por el sendero de la igualdad

Se acerca el 25 de noviembre, una fecha fijada para celebrar o conmemorar la lucha contra la violencia de género. Sin embargo, quiénes verdaderamente creemos y apostamos por la igualdad real y efectiva, sabemos que la lucha y el espíritu de esa conmemoración ha de ir más allá de esa fecha e impregnarse los 364 días restantes del año.

Se acerca el 25 de noviembre, una fecha fijada para celebrar o conmemorar la lucha contra la violencia de género. Sin embargo, quiénes verdaderamente creemos y apostamos por la igualdad real y efectiva, sabemos que la lucha y el espíritu de esa conmemoración ha de ir más allá de esa fecha e impregnarse los 364 días restantes del año.

La violencia de género entre jóvenes crece a un ritmo vertiginoso (En 2014, se juzgaron a 150 adolescentes menores de edad, cifra que alcanzó los 162 al año siguiente). Recientemente el Observatorio contra la Violencia de Género reflejaba escalofriantes datos como el registro de 106 casos de jóvenes enjuiciados por violencia de género. En lo que llevamos de año, 39 mujeres han sido asesinadas a manos de sus parejas o ex parejas.

Es, a mi juicio, inadmisible e impropio de un Estado de Derecho que no se preste la especial (e ineludible) atención a este “robo” de vidas. Es aterrador como la violencia de género se propaga sin impunidad. Como los derechos de mujeres y niñas son vulnerados por el simple hecho de ser “mujer”. Mujeres y hombres tenemos los mismos derechos. El patriarcado es sólo una construcción socio cultural. No debe ser, jamás, una baza inamovible e indestructible; los constructos sociales se erradican y combaten con educación, valores y caminando con firmeza por el sendero de la igualdad. Para avanzar por este equitativo camino, hay que promover la justicia social de la igualdad, fomentar las mismas posibilidades. Estrategias que defiendan la integridad, dignidad, libertad y los derechos de todos y todas, TODOS LOS DÍAS.

No podemos hablar de plena igualdad sin pensar en reforzar y promover los mecanismos que la garantizan. Si todos y todas nos implicamos. Si entre todos y todas aunamos esfuerzos de forma activa y decidida para que la igualdad sea un pilar fundamental y básico de nuestra ciudad, estaremos libres de violencia.

Desde mi formación socio política, Movimiento por la Dignidad y la Ciudadanía (MDyC), no somos (ni seremos) ajenos a la defensa de la igualdad. Hemos respaldado, fomentado y propuesto desde el minuto uno de nuestra constitución, actuaciones  y medidas factibles para erradicar esta lacra social, como un servicio específico para jóvenes en la Casa de la Juventud, un protocolo de actuación contra la violencia de género, un mayor incremento de campañas de prevención, refuerzo de recursos y atención a las víctimas y, en conclusión, vamos a seguir trabajando por todas aquellas medidas que prevengan y logren poner fin a la violencia de género, porque nos preocupa y ocupa y, sobre todo porque nos merecemos una sociedad igualitaria, libre de desigualdad, exclusión y violencia.

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