Por un cambio de rumbo en la educación

Tras casi siete años de Gobiernos del PP, la educación española tiene la oportunidad de iniciar un cambio de rumbo progresista centrado en la equidad, la inclusión y la calidad educativa para todos y sin segregaciones

psoe LOGOTras casi siete años de Gobiernos del PP, la educación española tiene la oportunidad de iniciar un cambio de rumbo progresista centrado en la equidad, la inclusión y la calidad educativa para todos y sin segregaciones. La LOMCE significó un paso atrás muy lesivo para la educación española, confiándolo todo a un modelo selectivo, segregador y clasista que blindaba los intereses y privilegios de los sectores ideológicos de la derecha: demanda social favorecedora de la concertada, blindaje de la educación diferenciada o preferencia por la Religión en detrimento de la educación cívica, la filosofía o las ciencias del mundo contemporáneo.

La “Ley Wert” o LOMCE tuvo el honor de ser la Ley educativa más rechazada. Todos los grupos parlamentarios a excepción del PP, los representantes de padres y madres, los docentes, los estudiantes y la mayoría de los gobiernos autonómicos se opusieron claramente a esta ley, por segregadora, autoritaria y clerical.

La LOMCE ha roto principios que se consideraban inquebrantables en el sistema educativo. Incluso atenta contra principios y acuerdos constitucionales al limitar la gestión educativa de los consejos escolares, al romper el equilibrio entre la red pública y la concertada o incluso al permitir conciertos con centros de educación diferenciada.

Una ley injusta o una ley que no garantiza la igualdad es un modelo de desigualdad. Una ley que segrega al alumnado en función de sus capacidades genera un modelo de sociedad excluyente y segregadora. En la escuela, no sólo se adquiere conocimiento, la escuela es un modelo de actuación, de imitación. Los valores que se adquieren en los centros educativos se reflejan en el día a día de sus alumnos. Por ello, los niños que contemplan y sufren exclusión y segregación como un modelo natural de actuación, segregarán y excluirán el día de mañana.

Una derecha muy retórica en sus proclamas sobre la “cultura del esfuerzo” mientras su gestión en el Ministerio ha sido de parálisis absoluta y de ineficacia muy cínica. Nunca reunieron el Observatorio de Becas Universitarias porque nunca les interesó la igualdad de oportunidades. No han creído en la formación profesional dejando sin aprobar más de 112 cualificaciones y dejando a España fuera del Marco Europeo de Cualificaciones. No han valorado ni el esfuerzo ni el mérito dejando abandonados a nuestros estudiantes en las Olimpiadas Científicas de este verano. No han apostado por la investigación educativa de calidad desactivando la gran labor que antaño hicieron el CIDE o el CNIE. Nunca han creído en un pacto educativo de Estado sino en maniobrar los tiempos para hacer olvidar los destrozos que ha dejado su LOMCE. Los ejemplos serían infinitos. Retórica muy impostada y solemne que solo escondía mediocridad y decisiones erráticas que han paralizado la educación española mientras el resto de países europeos han ido avanzando con cambios eficaces y mayor inversión porque todos asumen la educación como prioridad de Estado y no como arena de confrontación ideológica.

Por ello, cambio de rumbo es necesario y las medidas que se van a priorizar empezarán por volver a situar a la educación pública como vertebradora de un sistema educativo moderno y adaptado a las necesidades del siglo XXI.

Este gobierno apuesta decididamente por la equidad y la inclusión educativa con un nuevo modelo de becas y ayudas al estudio.

Para ello es urgente, y así lo ha comprometido este Gobierno, derogar los itinerarios segregadores de la LOMCE, recuperar el papel decisorio y de gobierno de los Consejos Escolares, la creación de una asignatura obligatoria de valores cívicos y éticos, centrada en los derechos humanos y las virtudes cívico-democráticas, eliminar el carácter computable de la asignatura de Religión a efectos académicos y sin una alternativa en forma de asignatura-espejo.

La Formación Profesional recibirá un impulso estratégico como motor del cambio de modelo productivo, garantía de empleabilidad y promoción social en un Plan Estratégico Nacional, que aspira a modernizar la FP y adaptarla a las necesidades de la nueva economía, con un diseño de una oferta única, integrada y flexible en el marco de una estrategia de educación a lo largo de la vida.

En los primeros 100 días este Gobierno ha dado los pasos para devolver el apoyo y confianza a nuestro profesorado, con la reversión del RD 14/2012 de medidas urgentes de racionalización del gasto público en el ámbito educativo (ratios, jornada docente y sustituciones). Una medida esencial para que mejoren sus condiciones de trabajo y lideren el cambio educativo hacia la sociedad del conocimiento. El profesorado ha sufrido las consecuencias de los recortes pero ha mantenido la calidad y los resultados del sistema, demostrando su gran profesionalidad. Ellos y ellas son el pilar fundamental de nuestra educación pública.

El Gobierno socialista va a tomar como referentes los objetivos de Naciones Unidas para 2030 como horizonte común para una educación inclusiva, equitativa y de calidad para todos.

Desarrollar todo este programa requiere ambición, mayor inversión y amplias alianzas con el profesorado, las familias, los jóvenes y la comunidad educativa que confían en la educación pública de calidad y contribuyen a modernizarla y transformarla.

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