Concienciación sobre el autismo

Hoy día 2 de Abril, es el día del color azul, el Día del Autismo. Que tenga una fecha específica en el calendario, no significa que sólo nos acordemos en este día. Lo tenemos presente, al igual que al resto de trastornos y enfermedades cada día del año.

Hoy día 2 de Abril, es el día del color azul, el Día del Autismo. Que tenga una fecha específica en el calendario, no significa que sólo nos acordemos en este día. Lo tenemos presente, al igual que al resto de trastornos y enfermedades cada día del año.

El autismo es muy “complejo” ya que no afecta a todos por igual. Dos personas con el mismo grado de autismo, pueden y suelen, comportarse y mostrar aptitudes distintas. Por lo que su identificación suele ser difícil de diferenciar del resto de tipos de Trastornos Generalizados del Desarrollo (TGD).

Los síntomas suelen detectarse en los tres primeros años de vida. Por lo que el diagnóstico precoz es muy importante. Gracias a los avances, hoy en día disponemos de medios para detectar este trastorno antes de los 24 meses. Al ser tan pequeños tenemos una gran batería de indicadores que nos pueden ayudar a verificar que el niño padezca autismo. Pudiendo englobarlos en dos grandes grupos: por un lado los indicadores precoces y por otro los indicadores tardíos.

Los indicadores precoces van encaminados a ayudar a identificar la enfermedad en niños menores de dos años. Por ejemplo:

-No balbucea ninguna palabra al año de edad.

-No señala ningún objeto hasta los 12 meses.

-No responde a su nombre.

-No pronuncia palabras hasta los 16 meses, o frases de dos o más palabras hasta aproximadamente los dos años.

-No establece un contacto visual correcto.

-Alinea de manera excesiva los juguetes u otros objetos.

-No sonríe ni muestra receptividad social.

Los indicadores tardíos van encaminados a ayudar en el diagnóstico de niños de un año y medio en adelante:

-No tiene interés en hacer amigos.

-No es capaz de comenzar o mantener una conversación.

-Es poco imaginativo a la hora de jugar.

-Utiliza un lenguaje repetitivo.

-Tiene rutinas y cualquier intento de modificarlas le genera una gran angustia.

-Muestra un apego excesivo a determinados objetos.

Hay que tener en cuenta que cada niño tiene su proceso de maduración y desarrollo propio, por lo que el niño puede mostrar algún indicador sin tener que padecer ningún tipo de trastorno.

Desde el primer momento que notemos algo inusual en su comportamiento o tengamos alguna duda, debemos comunicárselo al pediatra y este hará su debida valoración. Si el médico lo ve conveniente someterá al niño a una evaluación integral con los especialistas que se requieran (psicólogo, terapeuta del lenguaje, neurólogo...)

Respecto a los tratamientos hay fundamentalmente tres tipos: Terapia conductual, Programa de Educación Especial, Farmacoterapia. Aunque el pasado mes de enero saltaba la siguiente noticia:

“Científicos de la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA) han descubierto una zona cerebral —muchas veces pasada por alto en las investigaciones— que alberga genes que mutan y están vinculados con el autismo. El hallazgo puede derivar en nuevos tratamientos para una condición que afecta a 1 de cada 68 niños en el país.”

Ojalá esto sea cierto y se consigan nuevos avances. Para aquellos padres y familiares que crean que su hijo, sobrino o nieto puede tener algún tipo de trastorno, decidles que esto es mucho más común de lo que creen (a nivel mundial de 3 a 6 niños de cada 1000). Que diagnosticándolos cuanto antes, es la mejor manera de ayudarlos ya que cuanto antes se trabaje con ellos antes conseguirán tener buenos resultados y avanzar. Se les ayuda en todo momento con el objetivo primordial de que en un futuro puedan llevar sus propias vidas sin depender de nadie y sin tener barreras de ningún tipo.

Por lo que aprovechemos este día “azulado”, para concienciarnos un poco más sobre el Autismo, y apoyar tanto a las personas como a los familiares con Trastorno de Espectro del Autismo (TEA).

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