La libertad religiosa es uno de los derechos y libertades fundamentales de las personas, siendo la fuente de convivencia de una sana sociedad democrática y pluralista, que entiende la religión como un factor importante e influyente en la vida social. La libertad religiosa tiene un papel central en la defensa y protección de la dignidad inviolable de cada ser humano.
En un Estado de Derecho como en el que vivimos la religión no debería plantearse como un problema para la sociedad, ni como factor de perturbación o de conflicto, ya que la religión posibilita la construcción estable del bien común. La Constitución Española de 1978 protege y garantiza el derecho y la libertad en los artículos 10, artículo 14 y 16, por ello el estado debe ser aconfesional, es decir no debe tener confesión religiosa siendo neutral, pero no indiferente ni mucho menos restrictivos con la misma, ni discriminar a los ciudadanos creyentes de cualquier otra religión.
La libertad religiosa se ha estado debatiendo en público en la vigencia del confinamiento debido a la pandemia, derivado de un Estado de Alarma y desde Contigo Somos Democracia nos planteamos las siguientes cuestiones: ¿Hasta qué punto se puede limitar/eliminar el derecho fundamental de la libertad religiosa en el Estado de Alarma? ¿La gestión en la emergencia sanitaria ha respetado este derecho? Son preguntas que creemos, deberían de hacerse los que gobiernan y recapacitar sobre las mismas. La religión como tal es parte del patrimonio cultural inmaterial, como bien indica el Comité de Derechos Humanos.
El Estado de Alarma en el que actualmente nos encontramos para hacer frente a esta epidemia, el Gobierno puede establecer limitaciones en el ejercicio de derechos y libertades, pero no suspenderlos. Estas restricciones fundamentales se han fijado en la libertad de circulación de los ciudadanos para controlar y reducir contagios con el covid-19. El Real Decreto 463/2020, de 14 de marzo declara el Estado de Alarma para la gestión de la situación de la crisis sanitaria, en relación a la libertad religiosa, señala en su artículo 11 medidas de contención en relación con los lugares de culto. En la asistencia a estos lugares de culto incluidas las fúnebres, se condicionan una serie de medidas organizativas que consisten en evitar aglomeraciones de personas, en función y dimensión de las características de los lugares, de tal forma que se garantice la distancia social entre las personas, de al menos un metro.
José Antonio Carbonell, responsable de Expansión de Contigo Somos Democracia en Ceuta, opina que una ciudad como la nuestra, lugar donde conviven un crisol de culturas y religiones, la Administración tendría que facilitar en este caso a la comunidad musulmana ampliar el toque de queda hasta la una de la madrugada para dar finalización al último rezo del día, ya que se encuentran en el mes sagrado del Ramadán. Por ello pedimos voluntad política por parte de la Administración Local, esa misma voluntad que tuvieron en las pasadas fiestas navideñas donde sí se permitió que las familias se reunieran para celebrar estas fiestas tan entrañables, hasta la una de la madrugada.
