Las políticas de salud mental, pieza fundamental de los sistemas públicos

El PSOE se suma a la conmemoración del Día Mundial de la Salud, que se celebra el 7 de abril de cada año para conmemorar el aniversario de la fundación de la OMS.

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photo_camera Cartel del Día Mundial de la Salud

Este día ofrece una oportunidad única para movilizar la acción de todo el mundo en torno a un tema de salud específico. Para este año, la Organización Mundial de la Salud ha elegido la depresión, una enfermedad mental que afecta a más de 300 millones de personas en el mundo y para la que la OMS ha exigido una respuesta integral y coordinada de los países (resolución de la Asamblea Mundial de la Salud, 2013).

Las políticas de salud mental son una pieza fundamental de los sistemas públicos de salud que realizan un planteamiento integral. En España, el Sistema Nacional de Salud (SNS), surgido de la Ley General de Sanidad de 1986, propone un enfoque integral, incorporando la salud mental como parte inseparable de la salud de las personas. Gracias a ello, en los últimos 30 años se ha podido desarrollar una amplia red de servicios de salud mental en condiciones de igualdad e integrados en el resto del sistema público de salud, cuya eficacia y calidad se ha visto deteriorada en los últimos cinco años por las políticas de recortes del Gobierno del PP en derechos sociales y servicios públicos.

La Ley General de Sanidad establecía en su artículo 20, formando parte del capítulo de Salud Mental, la obligación de los poderes públicos de conseguir una plena integración de las actuaciones relativas a la salud mental en el sistema sanitario general y de la total equiparación de la enfermedad mental a las demás que requieran servicios sanitarios y sociales.

Asimismo, establecía que las Administraciones Sanitarias competentes adecuarían su actuación a los siguientes principios:

1. La atención a los problemas de salud mental de la población se realizará en el ámbito comunitario, potenciando los recursos asistenciales a nivel de ambulatorio y los sistemas de hospitalización parcial y atención a domicilio, para reducir al máximo posible la necesidad de hospitalización, considerando de modo especial aquellos problemas referentes a la psiquiatría infantil y psicogeriatría

2. Que la hospitalización de los pacientes por procesos que así lo requieran se realizase en las unidades psiquiátricas de los hospitales generales.

3. El desarrollo de los servicios de rehabilitación y reinserción social necesarios para una adecuada atención integral de los problemas de enfermedad mental, buscando la necesaria coordinación con los servicios sociales.

4. Que los servicios de salud mental y de atención psiquiátrica del sistema sanitario general cubrirán, asimismo, en coordinación con los servicios sociales, los aspectos de prevención primaria y la atención a los problemas psicosociales que acompañan a la pérdida de salud en general. Desde entonces se han producido grandes avances. Sin embargo, aún queda mucho por hacer. La Estrategia de Salud Mental del SNS puesta en marcha por un Gobierno socialista por primera vez en 2006 permite un enfoque coherente para continuar el impulso de las políticas de salud mental en España.

Lamentablemente, la crisis económica y las políticas neoliberales del Gobierno de Rajoy han truncado este enfoque. Las reformas restrictivas en derechos sociales (reforma laboral, sanitaria…); los recortes presupuestarios y en protección social; el incremento de copagos; las privatizaciones; reducciones de personal así como el cierre de centros han tenido un efecto negativo sobre la salud.

En España, la Sociedad Española de Salud Pública y Administración Sanitaria dedicó su Informe 2014 a estudiar la relación entre Crisis económica y la Salud. En dicho estudio se evidencian los efectos de la crisis y las desigualdades de salud en la población española. También, un reciente estudio sobre el impacto de la crisis económica sobre la salud en Europa, publicado en el British Medical Journal el pasado año 2016, muestra para el caso de España el impacto especialmente sobre la salud mental y los suicidios.

A pesar de las alertas e informes internacionales y nacionales, el Gobierno sigue sin abordar el estudio de las consecuencias de la crisis económica, el desempleo, la precarización laboral, el crecimiento de la desigualdad y la pobreza infantil, los recortes en sanidad, dependencia y educación sobre la salud de la población y sus determinantes sociales. Por ello, los socialistas hemos pedido en el Congreso de los Diputados la elaboración en seis meses de un estudio sobre el impacto de la crisis sobre la salud de la ciudadanía.

Además, durante estos años de Gobierno del PP se ha evidenciado una falta de desarrollo y evaluación de la Estrategia de Salud Mental que debe ser impulsada de nuevo incidiendo en la necesidad de abordar la depresión y sus variantes de forma integral y con perspectiva multidimensional. Ello requiere poner a disposición de este objetivo los recursos necesarios y dar apoyo a los profesionales de salud mental con un enfoque estratégico que permita reforzar y ampliar las plazas PIR y las plazas de psicólogos clínicos en el SNS.

Por ello, el PSOE manifiesta la necesidad de dotar de recursos y elaborar un ambicioso Plan de modernización de la atención a la salud mental con perspectiva de género, garantizando que se pueda prestar una atención psicoterapéutica adecuada, reforzar los servicios de salud mental infantojuvenil para responder a patologías con incidencia creciente y disponer de una red de atención integral multiprofesional especializada en la que es imprescindible la coordinación entre salud, atención comunitaria y servicios sociales.

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