En la madrugada del 25 de marzo de 2.020 cayeron tres ficus de los existentes en los Jardines de la Argentina, los cuales se encontraban a escasos metros del bloque del que soy presidente. La caída de estos árboles, afortunadamente y gracias a la hora en que se produjeron y al estado de alarma que no permitía la estancia en la vía pública de personas, no provocaron desgracias personales, aunque si se han visto afectado el garaje de autobuses, dos autobuses que se encontraban en la cochera, las viviendas anexas y dos vehículos particulares que se encontraban estacionados.
No es la primera vez que se produce un hecho similar, en junio de 2018 se produjo la caída de otro ficus que se encontraba a escasos metros de los tres anteriores, que, afortunadamente y gracias hora en que se produjo (16:00 horas) y a que, aunque es un lugar de tránsito frecuente de personas, no había tampoco nadie en sus inmediaciones, tampoco hubo que lamentar desgracias personales. Si la caída se hubiera producido tan solo unas horas más tarde casi con toda probabilidad hubiéramos tenido que lamentarlo, porque en la zona de caída había un parque infantil frecuentado por numerosas personas que, con sus hijos, familiares y amigos, pasaban las tardes en ese lugar.
Estos no son los únicos episodios de este tipo que han provocado estos ficus, en marzo de 2017 se desgarró otra rama de enormes dimensiones, así como otras de similar tamaño también se han desgarrado de los ficus que se encuentran en el lateral del local de la policía local.
En 2018 Obimasa elaboró un informe sobre el estado de estos árboles, tras la caída de aquel ejemplar, afectado al parecer por un hongo. El entonces consejero de Medio Ambiente y Sostenibilidad, aseguró que “ya no existe peligro de que se caiga un árbol más. Los árboles tienen entre 90 y 100 años, el que corría peligro porque estaba con mucha inclinación se ha cortado y ahora mismo no hay ningún árbol que corra peligro de que se vuelva a derrumbar”, puntualizó el Sr. Consejero entonces.
Los vecinos de la comunidad de la que soy presidente están muy preocupados por el estado de los otros seis ejemplares de ficus que quedan en los Jardines de la Argentina, todos próximos a nuestro bloque. Una caída sobre el piso podría dañar la estructura del mismo, más aún si caen uno sobre otro como fichas de dominó, como ha ocurrido con estos últimos. Podría caer sobre el piso el peso acumulado de hasta seis de estos gigantescos árboles, los que quedan en el jardín, si el primero de ellos, el de levante, cae sobre los demás y se derriban uno a otro hasta caer sobre el piso, amén de las personas que pudiera haber en ese momento bajo las ramas de los árboles, ya que el tránsito de personas por el jardín es muy grande.
Los ficus de los Jardines de la Argentina, de una extraordinaria belleza, dan singularidad a nuestra zona. Fueron plantados en 1925 por el entonces Alcalde Don José Rosende. Los plantones tenían entre 5 y 10 años cuando fueron plantados. Pero esta singularidad, patrimonio natural de todos los ceutíes, no nos puede hacer olvidar su potencial peligrosidad, para las personas en general y para nuestro piso y vecinos en particular. No hace falta ser un técnico en la materia para llegar a la conclusión de que estos árboles están enfermos y son extremadamente peligrosos, y que nadie puede garantizar que ningún otro árbol vuelva a caerse.
Recientemente unos vecinos del piso han observado que se estaban haciendo inspecciones de estos árboles por personal de la ciudad Autónoma, para comprobar el estado en que se encuentran.
Por todo ello SOLICITA: Que a la mayor brevedad posible se proceda a conocer los resultados de estas inspecciones sobre los ficus supervivientes en los Jardines de la Argentina, y si no puede GARANTIZAR al 100% que estos árboles están sanos y que ningún otro árbol volverá a caerse, con el potencial peligro que conllevan, se proceda a la tala de los mismos a la mayor brevedad posible, para eliminar todo riesgo para las personas y viviendas y, en caso contrario, sería una grave irresponsabilidad ante cualquier desgracia personal o daños a la estructura del piso que pudieran sobrevenir de la que sería responsable la Consejería de Medio Ambiente por negligente y lenta reacción en la toma de decisiones.
