remitido

Querido Mariano

En momentos como éste reconozco que el lenguaje es incapaz de expresar el dolor inmenso que se apodera de nosotros ante la inesperada pérdida de una persona muy querida y admirada y se queda parco para reflejar la desazón que nos embarga. No hay palabras que expresen el profundo desgarro que me alimenta. 

nuria miaja
photo_camera Nuria Miaja

Querido Mariano:

En momentos como éste reconozco que el lenguaje es incapaz de expresar el dolor inmenso que se apodera de nosotros ante la inesperada pérdida de una persona muy querida y admirada y se queda parco para reflejar la desazón que nos embarga. No hay palabras que expresen el profundo desgarro que me alimenta. 

Tu rápida partida me coge por sorpresa y me niego a pensar que el destino nos tenga preparados desvíos tan atrevidos. 

De ti podría destacar muchas bondades pero permíteme que me quede con tu perseverancia, sencillez, humanidad, integridad, compañerismo y tu alegría contagiosa. Fuiste y serás una buena persona. A tu lado todo era más fácil. Quisiste, y fuiste muy querido, me consta. Y hoy, quienes te conocimos nos sentimos afortunados de haber sido receptores de ese cariño infinito que regalabas a tu paso. 

Y ahora te vuelvo a revivir, te imagino esbozando tu enorme sonrisa, metáfora de la alegría que siempre lucía tu gesto. Repaso algunos de nuestros trozos de vida compartidos en forma de mensajes y fotos donde el tiempo demuestra tener la magia de quedarse detenido. Anécdotas, conversaciones y confesiones que inocularon cariño, calma y sosiego a mi existencia y que se quedarán talladas por siempre en la silueta más íntima de mi propia biografía. Hasta siempre, compañero. 
 

Más en Remitidos
Entrando en la página solicitada Saltar publicidad