Sr. Lopera: su vacunación no será delito, pero tampoco es ética

El director territorial del Ingesa, Jesús Lopera, recibe la vacuna de la gripe (C.A.)
photo_camera El director territorial del Ingesa, Jesús Lopera, recibe la vacuna de la gripe (C.A./ARCHIVO)

Recientemente hemos tenido noticia de que la investigación del Ministerio Fiscal ha concluido y que no ve delito en el proceso de vacunación inicial en Ceuta. Tras ello, por fin hemos visto a nuestro Director Territorial hacer declaraciones en prensa escrita, y hasta conceder entrevistas radiofónicas, algo insólito hasta hace poco, puesto que el silencio era la tónica del Sr. Lopera. Es evidente que temía que le preguntaran los distintos medios periodísticos por su vacunación, así que, hasta que no ha finalizado la investigación de la Fiscalía, no se ha atrevido a dar la cara. Pero que la fiscalía, con los datos disponibles hasta el momento, no haya encontrado encuadre de los hechos en ningún tipo delictivo, no significa que la actuación de la directiva del INGESA en Ceuta, y concretamente la del “hasta-ahora-mudo-Director-Territorial” o la de nuestro “Gerente- perpertuamente-ausente”, sean éticas o políticamente aceptables. La ética y morales públicas, o las exigencias político-sociales, siempre van por delante de la ley. Que algo no sea delito no significa que no sea socialmente reprochable, o éticamente reprobable: simplemente implica que el legislador no ha tipificado esta conducta como ilícita desde el punto de vista penal, ni ha reservado para la misma ninguna reacción coactiva del Estado, bien por no estimar esta conducta de gravedad suficiente, o sencillamente, por no haberle dado tiempo a reaccionar ante cambios sociales que se producen cada vez a mayor velocidad. Vaya como ejemplo cómo, hasta hace poco, conductas como el sexting o el acoso en redes sociales no estaban tipificadas como delito, y ello no significaba que fuera social, ética o moralmente aceptables o deseables. De idéntica manera, que Ud. y su directiva se vacunaran antes que buena parte de sus trabajadores de primera línea, incumpliendo así lo establecido en el Plan de Vacunación del Ministerio de Sanidad (el vigente en el momento de sus vacunaciones) no es una conducta deseable socialmente, éticamente aceptable ni moralmente adecuada. Y esto no lo pensamos sólo las organizaciones sindicales, sino los representas políticos. No se olvide, Sr. Lopera, que quien denunció ante la fiscalía las irregularidades de la vacunación en Ceuta no fue este sindicado, sino representantes electos de los ciudadanos, integrantes de partidos políticos entre los que se encontraba el propio partido que le ha nombrado para el puesto de Director Territorial que actualmente ocupa (https://elforodeceuta.es/el-psoe-denuncia-presuntsas-irregularidades-en-los-listados-de-vacunacion/). Si el PSOE estimó que era reprobable la vacunación del Consejero de Sanidad del PP (motivo por el que éste dimitió), por haberse saltado el protocolo del Ministerio, ¿no es acaso reprobable también su vacunación?. ¿O acaso la misma actuación es lícita políticamente para el PSOE, pero no para el PP o para otro partido?. ¿Acaso no deberían todas las formaciones políticas dar ejemplo a la ciudadanía que los han elegido?.

Lo cierto es que existe un deber de protección a los trabajadores, en cuanto a prevención de riesgos laborales, y esa protección viene recogida en una ley, la de Prevención de Riesgos Laborales (PRL). El Gerente de AS de Ceuta es el responsable de hacer efectiva esta prevención, que incluye poner a disposición de los trabajadores, según su riesgo de exposición laboral a agentes biológicos,las vacunas pertinentes. Y, nuestro Gerente, y nuestro Director Territorial (máximo responsable del INGESA en Ceuta, y superior jerárquico del Gerente), según las informaciones vertidas en prensa, se han vacunado antes de proporcionar esta protección a sus trabajadores de primera línea, incumpliendo el protocolo del Ministerio de Sanidad, que si bien no es una Resolución del INGESA ni una Orden Ministerial, previsiblemente se elaboró para ser cumplido, como todos los protocolos clínico-asistenciales. Planes de actuación o de procedimiento a seguir en Sanidad. Mal ejemplo dan nuestros directivos a sus subordinados ¿Son ahora los protocolos o planes ministerialespapel mojado?. Si ellos no los cumplen, y no sólo no hay consecuencias sino que se les premia con una medalla, ¿tenemos entonces los simples “curritos” que cumplir con los protocolos del INGESA o del Ministerio?. ¿O sólo si la orden es expresa y por escrito y constituyeun acto administrativo?. A fecha 31 de enero de 2021, fecha que el propio Gerente da como la que marca la finalización de las vacunaciones de trabajadores de primera línea, ni mucho menos estábamos vacunados todos los que debíamos. De hecho, ni siquiera inicialmente estaba contemplada la vacunación de los contratados temporalmente en el Servicio de Urgencias, y sólose llevó a cabo esta vacunación tras reclamaciones reiteradasrealizadas por CCOO junto con otros sindicatos. Así que, no Sr. Lopera, ni Udni el Gerente lo han hecho bien. Por mucho que hayan respirado hondo por no tener que enfrentarse a la Justicia, no significa que su actuación haya sido brillante, ni siquiera correcta. Prueba de ello es la falta de transparencia de nuestra Gerencia y de la propia Dirección Territorial. Si su pronta vacunación, en un momento en que las vacunas disponibles estaban contadas, y sabiendo que cada vacuna administrada a un directivo, personal administrativo o de gestión significaba detraerla de un trabajador de primera línea con riesgo real de contagio, era correcta, ¿por qué no lo dijo claramente?, ¿por qué se ha denegado información a los sindicatos y a la población?, ¿por qué no se han vacunado con luz y taquígrafos, o al menos han respondido a la prensa cuando les han preguntado?. Su silencio hasta el posicionamiento de la fiscalía es bastante elocuente. Porque saben que no es ético utilizar el poder que otorga un cargo público para acceder antes que otros a un bien en ese momento escaso (un bien no consistente en dinero, sino en algo mucho más importante, protección frente al riesgo de fallecimiento a consecuencia de una enfermedad infecciosa que ya se ha cobrado muchas vidas). Que no hayan obtenido compensación económica por su actuación, no significa que no hayan obtenido un beneficio por ser Servidores Públicos que ponen lo público a su servicio. Esto lo han reconocido otros cargos políticos y administrativos que sí han dimitido tras su vacunación en idénticas condiciones que nuestro Director Territorial. Como ejemplo más cercano, el del Dr. Guerrero. Como alguien comentó en prensa, la otra cara de la moneda del Sr Lopera en el escándalo mediático de las vacunaciones frente a la COVID. No deja de ser curioso que, a nivel político a él se le reclamara su dimisión, y el mismo PSOE que lapidaba al Consejero de Sanidad, le pone una medalla al Sr. Lopera. Algunos dirán que “es que hay diferencias”, y es cierto: en el momento de ser vacunados, el entonces Consejero de Sanidad seguía atendiendo pacientes en el Sector Privado, y realizando endoscopias (por tanto seguía siendo un médico en activo, con contacto directo con pacientes), y nuestro Director Territorial ocupaba y ocupa un puesto de directivo sin atención directa a ningún paciente, sin más riesgo que cualquier administrativo o técnico de gestión sin atención al público. Pero, en vez de solicitar su cese, nuestra Delegada del Gobierno salió en defensa de nuestro Director Territorial: era para estar listo para incorporarse a la UCI si hiciera falta, incorporación que no se ha hecho efectiva, ni parece que lo vaya a ser hasta que sea depuesto como Director Territorial y sustituido por otro. Ni siquiera ha tenido la valentía el propio Sr. Lopera de defenderse él mismo, sino que se ha escondido tras la figura de la Delegada del Gobierno, y con un argumento que cuanto más tiempo pasa, menos peso va teniendo, porque la UCI lleva sobrepasada más de un año, y el Sr Lopera sigue sin dar el paso. ¿Cuándo pensará el Sr. Lopera que es hora de incorporarse ya que está vacunado?. Si nuestro Director Territorial tuviera un mínimo de ética pública, ante la marcha de la Dra. Centeno y la situación crítica de la UCI ya denunciada por este sindicato, en vez de anunciar unas guardias que nunca se hicieron realidad (porque no le dejaron desde Madrid, pobrecito-ironía-), debería haber renunciado a su cargo de Director Territorial, y haber arrimado el hombro en la UCI. ¿Cuántas olas tiene que esperar nuestro Director Territorial para hacer algo bueno y útil para el INGESA?: dejar de ser directivo para ser Médico. ¿Estará esperando a ser el primero también en ponerse la tercera dosis?

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