En la noche del viernes 26, en Ceuta, con mal tiempo, ventisca, lluvias y ponientazo se creó un microclima en el tablao del Auditorio del Revellín. El público allí presente agradeció la brillante actuación de la cantaora Argentina, nombre heredado de su abuela gitana. Ella con su duende supo transmitir a través de los palos del flamenco, seguiriyas, soleás, tangos o fandangos, sentimientos expresados con ternura, dolor y tristeza.
La voz de Argentina cantando flamenco acompañada por un percusionista con su cajón, dos guitarras con mucho carácter alentando a la cantaora y unas palmas y pitos jaleando a la actuación, definitivamente caldeó el aire. Ya en una hipotética segunda parte y cantes más alegres, Argentina se descalzó como sentimiento de libertad y felicidad.
El flamenco más que un género musical, es un estilo de vida, brota de un mestizaje cultural gitano, árabe, cristiano y judío en Andalucía. Generalmente se asocia el flamenco a los gitanos, documentalmente está recogido que fueron los gitanos los encargados de entremezclar los elementos de la multiculturalidad existente en Andalucía y para posteriormente ser los custodios del flamenco.
En Ceuta tenemos una gran afición al flamenco y a participar de ello, como se demostró este viernes, no en vano hemos pertenecido a la provincia de Cádiz muy influenciada por el flamenco y apuesto que nuestros mayores se encargaron de trasmitírnoslos.
Recuerdo que entre los muchos agradecimientos de Argentina a la Ciudad y a muchos caballas, nombró a Mabel Deu e Isabel Rico, a las cuales queremos solicitar su complicidad para una mayor difusión del flamenco, como patrimonio inmaterial de la humanidad.
