LOS 365 DíAS DE 2015

Un año en imágenes

Una economía lastrada por las elevadas tasas de desempleo, la reiteración de citas electorales, las actuaciones policiales contra terroristas vinculados a las organizaciones yihadistas, desastres medioambientales como el incendio del Monte de la Tortuga o la imagen de un niño costamarfileño de ocho años oculto en el interior de una maleta han sido algunas de las referencias que han jalonado la información del año que hoy termina. 

El año 2016 arranca en Ceuta con no pocas cuentas pendientes. La primera de ellas, quizás la más acuciante, sea la contraída con las casi 13.000 personas que engrosan las listas de desempleados. Las políticas desarrolladas hasta la fecha se han revelado ineficientes, incluidos en ellas los planes de empleo que apenas han servido para hacer menguar de manera coyuntural el número de parados.

La búsqueda de nuevos yacimientos de actividad económica, el impulso al comercio o la reforma de la fiscalidad son algunas de las vías que se antoja necesario explorar para arrancar a Ceuta de su ostracismo. Alternativas que, sin embargo, exigen, a su vez, actuaciones decididas contra los elevados precios del transporte marítimo, que lastra cualquier aspiración de crecimiento, y para solventar, de una vez por todas, el marasmo en el que cotidianamente se encuentra sumido el paso fronterizo con Marruecos.

“Ceuta no es una cantera de yihadistas”. La insistencia del presidente de la Ciudad, Juan Vivas, en desvincular la ciudad de la idea de que su territorio está sometido a un grado de amenaza terrorista mayor que cualquier otro punto de España volverá a ser oída, sin duda, a lo largo del próximo año. La certeza de que la imagen que la ciudad ofrece al exterior despierta una alarma con la que los ceutíes no se identifican no ha de ocultar una realidad: el 39 por ciento de los yihadistas detenidos en España desde 2013 habían nacido en Ceuta.

Los cuerpos y fuerzas de Seguridad del Estado también encontrarán en 2016 asuntos de los que ocuparse. La reducción de la tasa de criminalidad registrada este 2015 es una excelente noticia que, pese a todo, no ha de hacer olvidar la proliferación de armas de fuego en la ciudad que se encuentra detrás de numerosos hechos delictivos. Entre ellos, el de la muerte este año de un joven de 16 años en la barriada El Príncipe.

Mientras, las fronteras continuarán sometidas a la presión de los incontables seres humanos cuyo sueño les imagina con una vida digna en cualquier país europeo. El salto masivo a la valla de Benzú la pasada Nochebuena, merced al cual lograron entrar en territorio de la ciudad 185 personas, es una llamada de atención a las conciencias y un aviso de que la tragedia de la inmigración escribirá nuevos desgraciados capítulos durante 2016.

Otras tragedias ante las que deberemos precavernos son las que amenazan al patrimonio natural. Las experiencias del vertido de fuel en las costas ceutíes, cuyas consecuencias pueden rastrearse todavía en el litoral, y del incendio que asoló una vasta extensión de masa forestal en el Monte de la Tortuga este año constituyen una advertencia.

Y, finalmente, la política. Las citas electorales de mayo y diciembre dejaron tras de sí en la ciudad sendas victorias del Partido Popular, a pesar de las cuales los conservadores no pudieron evitar una sangría de miles de votos.

2016 podría traer, si no se fragua un acuerdo que permita la gobernación del país, nuevas elecciones.

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