2015. ECONOMÍA

Las estadísticas de desempleo, síntoma de un fracaso

Las cifras del desempleo en la ciudad han vuelto a constituir en 2015 el mejor indicio del fracaso de la economía ceutí. Las distintas medidas anunciadas por la Ciudad para el desarrollo de sectores tan esenciales como el del comercio han quedado varadas. La frontera de El Taral y el transporte marítimo continúan siendo dos de las principales debilidades de la economía local. 

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photo_camera Cola de parados ante las oficinas de empleo/ ANTONIO SEMPERE/ ARCHIVO

El fracaso del desempleo. El futuro de la economía ceutí ha vuelto a estar, un año más, en los foros públicos. La necesidad de reactivar una actividad económica que no parece contar con los incentivos y el impulso suficientes ha sido objeto de sesudos debates y deliberaciones que han ocupado a responsables políticos, empresarios y sindicatos. El resultado, sin embargo, se antoja infructuoso.

El principal síntoma del fracaso de las escasas medidas propuestas para relanzar la economía ceutí lo ofrecen los 12.700 parados que reflejan las estadísticas del Servicio Estatal de Empleo. La ciudad, campeona en la generación de desempleados, presenta un tristísimo panorama que, además, compromete su propia estabilidad como sociedad.

Un dato resulta revelador. Eurostat ha señalado que en este 2015 Ceuta se ha convertido en la segunda región europea que registra un mayor índice de desempleo entre los jóvenes de 15 a 24 años, tan sólo superada por la griega Ipeiros.

Medidas sin ejecutar. El año arrancaba con el anuncio por el Gobierno de la Ciudad de la inmediata puesta en marcha de un denominado “Plan de mejora de la competitividad del comercio”. La iniciativa preveía promociones negociadas con las navieras y rebajas de tipos impositivos para determinados productos con el fin de atraer a turistas al reclamo de la oferta comercial de Ceuta. Pese a los contactos mantenidos con los empresarios y los principios de acuerdo alcanzados con algunas de las compañías que operan en el Estrecho, tantos meses después el plan duerme el sueño de los justos.

Tarajal. El desarrollo de lo que eufemísticamente las autoridades han dado en llamar “comercio atípico”, florecido al cobijo de El Tarajal, está en el origen de la penosa situación que se vive en el paso fronterizo de manera cotidiana. Las aglomeraciones de porteadores, que ocasionan retenciones en el tránsito de vehículos y problemas de orden público en el polígono y el entorno fronterizo, conllevan, además, un perjuicio notable para el comercio local.

Los comerciantes ceutíes llevan algún tiempo fiando su futuro al mercado potencial que configuran los clientes procedentes del otro lado de la frontera. La oferta de los empresarios, sin embargo, se ve perjudicada por las dificultades que para cualquier marroquí entraña atravesar un paso fronterizo que, difícilmente, alcanza los estándares europeos. El Tarajal continúa siendo, ya concluido el año, una asignatura pendiente.

Transporte marítimo. 2015 tampoco ha servido para dar una solución definitiva al problema que para los ceutíes encarnan las elevadas tarifas establecidas por las navieras que cubren la línea marítima del Estrecho. El contrato de la línea de interés público, adjudicado a Baleària, no parece satisfacer, ni de lejos, las aspiraciones de una población cautiva.

La última iniciativa propuesta por el Gobierno de la Ciudad, al amparo de un acuerdo alcanzado en el pleno de la Asamblea, ha sido la de constituir una comisión parlamentaria concebida para presionar a la administración competente y a buscar una solución a un problema antiguo. La comisión, sancionada por el plenario municipal hace seis meses, todavía no se ha constituido.

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