sin bomba de insulina en ceuta

La Asociación de Diabéticos echa en falta un endocrino más, mayor cobertura sanitaria y un local

La asociación desearía contar con un local como punto de encuentro y contacto entre enfermos, así como aumentar la plantilla de las unidades de diabéticos por lo menos en un endocrino. 

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photo_camera La bomba de insulina facilitaría la vida de los diabéticos ceutíes

Tras la polémica surgida en torno al campamento para niños diabéticos organizado por la Ciudad, Ceuta Actualidad se ha interesado por conocer las demandas de la asociación. La primera de sus reivindicaciones pasa por conseguir que la Seguridad Social incluya un sensor unido a la piel que a través de unos filamentos miden el líquido entre células aportando una medida exacta “pero cuesta 120 euros”, explica la presidenta de la asociación, Lourdes Sempere.

Por otro lado, desearían poder contar con la bomba de insulina. “Este sistema da buena calidad de vida, sobre todo a los niños porque evita cinco pinchazos. El catéter se programa y se evita la insulina de acción rápida (5 dosis) y hay que cambiarlo cada tres días. Con esto evitaríamos machacar los cuerpos con tantos pinchazos”.

La bomba de insulina es un pequeño dispositivo del tamaño de un teléfono móvil que administra insulina de forma continuada. Lo que se persigue con este tratamiento es imitar el funcionamiento del páncreas de una persona sin diabetes. La bomba suministra insulina de forma continuada las 24 horas del día. La cantidad de insulina que se va a infundir está programada previamente por el equipo diabetológico, el paciente o su familia basándose en los controles de glucemia. En ningún caso la propia bomba va a decidir la cantidad de insulina que se administrará. La tasa basal se puede modificar hasta cada 30 minutos. Además el infusor permite suministrar una cantidad mayor de insulina cada vez que el enfermo come.

En cuanto a las demandas humanas, la asociación echa en falta un endocrino más porque “la educación es fundamental”. La presidenta de la asociación resalta la importancia de darse cuenta de lo qué es la enfermedad, “ser diabético no es solo pincharse y no comer dulce”. No es una enfermedad fácil de llevar, “sobre todo en niños. Es muy importante el control y la educación”. De ahí que muchos padres cuando les diagnostican la enfermedad a sus hijos se formen para educar a sus hijos para que cuiden los hidratos de carbono que consumen a diario, la cantidad de insulina que deben pincharse y a realización de ejercicio “pero teniendo esos cuidados se puede llevar una vida prácticamente normal”.

La asociación demanda también un local. “Actualmente no tenemos una sede donde reunirnos, poder realizar charlas, encuentros con los padres… en definitiva, un lugar de referencia para los diabéticos de Ceuta”, matiza Sempere.