El envejecimiento de los médicos en activo y la mejora de la situación económica del país, con el consiguiente incremento de la oferta laboral en las comunidades autónomas, constituye una pésima noticia para la sanidad pública en Ceuta. La combinación de todos estos factores augura una situación futura preocupante. “Es altamente probable que en un plazo de siete u ocho años tengamos problemas para cubrir las bajas de los médicos”, alerta el presidente del Colegio de Médicos de Ceuta, Enrique Roviralta.
El escenario presente es la herencia de un periodo de crisis económica que favoreció la llegada de médicos a la sanidad pública ceutí. Los recortes impuestos por las comunidades autónomas y el Gobierno central convirtieron a la fuerza en atractiva la oferta laboral que el Ingesa proponía desde Ceuta para cubrir las vacantes de especialistas en su plantilla.
Los temores pasan ahora por que la incipiente recuperación económica, traducida en una mayor oferta de empleo para los médicos en el conjunto de los territorios del país, aliente a los médicos a buscar otros destinos profesionales en la Península.
La Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, bajo los auspicios del Ministerio de Sanidad, elaboró en 2011 un informe titulado “Oferta y necesidad de especialistas médicos en España”. El documento advertía de que entre 2015 y 2025 el número de especialistas en el país experimentaría una reducción.
El estudio auguraba un incremento de las jubilaciones a partir de 2016, proceso que no comenzará a revertirse hasta 2025. “Ceuta puede ser un destino que deje de ser atractivo”, vaticina el secretario general de la Federación de Sanidad y Servicios Sociosanitarios de CCOO (FSS-CCOO), Ángel Lara.
La apreciación del sindicalista es compartida por el doctor Roviralta, quien presenta el futuro como un mercado de oferta y demanda de profesionales en el que las grandes ciudades, con sólidas estructuras sanitarias, parten con ventaja.
El presidente del Colegio de Médicos considera que, llegados a este punto, la Administración debe fomentar incentivos que sirvan para atraer no sólo a nuevos profesionales sino también para conservar a aquéllos que ya trabajan en Ceuta.
Esta reflexión también está en la mente del sindicalista Lara, quien no duda en alertar de que la situación precaria que la profesión médica atraviesa en su conjunto se hace particularmente evidente en la sanidad pública ceutí. “Hay médicos que renuevan su contrato mes a mes mientras sigue sin convocarse una oferta pública de empleo”, denuncia el secretario general de FSS-CCOO.
Roviralta suma a la precariedad laboral el estrés añadido que entraña ejercer la medicina en una ciudad con las singularidades que reúne Ceuta. El presidente del Colegio expone, a modo de ejemplos, la situación de los ginecólogos que han de atender a parturientas trasfronterizas que no han sido sometidas a ningún control previo, la carencia de una UCI pediátrica o la dificultad para formalizar interconsultas entre médicos de distintas especialidades. “Es obvio que un médico en Ceuta trabaja con más estrés que un colega que desarrolle su labor profesional en Sevilla, y eso ha de compensarse de algún modo”, concluye.
