RECOMENDACIONES

Los ojos, los grandes olvidados durante el verano

Los cuidados de la piel durante el verano son fundamentales pero muchas veces se olvida una parte fundamental: los ojos. También ellos necesitan una serie de cuidados en estos días de sol y playa. El sol, el aumento de las temperaturas, la sequedad del ambiente o la sal del agua son factores que obligan a tener especial precaución en los meses estivales, sobre todo, y por sentido común, hay que tener cuidado con el sol.

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photo_camera Existe una multitud de patologías oculares relacionadas con la exposición al sol/ C.A.

Los cuidados de la piel durante el verano son fundamentales pero no debemos olvidarnos de los ojos. Ellos también precisan una serie de cuidados en estos días. El sol, el aumento de las temperaturas, la sequedad del ambiente o la sal del agua son factores que obligan a tener especial precaución en los meses estivales, sobre todo, y por sentido común, hay que tener cuidado con el sol. Por eso, se recomienda evitar la exposición solar en las horas centrales del día, porque al igual que la piel los ojos también se resienten. Así, se deben extremar los cuidados en la playa, ya que tanto la arena como el agua del mar reflejan más del 75% de la luz del sol, al contrario que en el campo o en la ciudad, donde la reflexión no supera el 10%.

Existen una serie de patologías oculares relacionadas con la exposición solar, como las cataratas y la degeneración macular. Por tanto, es primordial proteger los ojos contra la exposición a los rayos UVA y UVB con unas adecuadas gafas de sol, con filtros que bloqueen dicha radiación, con especial atención a los niños. Pero para estar bien protegidos es fundamental elegir unas gafas de calidad y con cristales de colores ni muy oscuros ni demasiado claros, preferiblemente marrones, grises o verdes. No deben considerarse un mero complemento, sino una herramienta de protección. Unas gafas adecuadas deben estar homologadas y se debe escoger el filtro solar en función de las necesidades y las condiciones de luminosidad.

Lo recomendable es no usar las lentes de contacto para bañarse en la piscina o en la playa. Si las utilizas, las lentillas más indicadas son las de uso diario. Al finalizar el día, deséchalas para evitar posibles infecciones por su contaminación.

La sal del agua del mar puede producir irritación en los ojos, y hay que tener cuidado también con la introducción de cuerpos extraños procedentes, sobre todo, de la arena. Por ello es conveniente lavarse con agua dulce a menudo, procurando que llegue a todas partes. 

Para los amantes de los deportes de montaña también es importante cuidarse la vista. La sequedad propia del verano en ambientes lejanos al mar provoca una mayor evaporación de la lágrima, aumentando la sensación de ojo seco. Si esto sucede de forma continuada, es fundamental acudir al especialista para que analice el caso y nos dé posibles soluciones. 



También en el trabajo 

La exposición continuada al aire acondicionado en estos meses de calor hace que se reseque el ambiente, perjudicando más de lo normal a los ojos. Es complicado, pero la solución estaría en evitar la exposición continuada en estos ambientes y utilizar un humidificador o lágrimas artificiales si es necesario. 
Además, trabajar muchas horas delante del ordenador puede producir cansancio o fatiga visual. Es conveniente situarse a una distancia adecuada de la pantalla, tomando además breves descansos periódicos.