LA VISITA DE LA MINISTRA CARCEDO RESUCITA LAS DENUNCIAS DE LOS PROFESIONALES

El pronóstico reservado de la sanidad pública en Ceuta

La queja de los profesionales sanitarios pasa por la convicción de que prácticamente cualquier problema de los que aqueja al sistema en España encuentra en Ceuta una versión agravada.

Protesta de médicos interinos en 2017 (C.A./ARCHIVO)
photo_camera Protesta de médicos interinos en 2017 (C.A./ARCHIVO)

La visita esta semana a la ciudad de la ministra de Sanidad, María Luisa Carcedo, ha tenido como única consecuencia apreciable la reapertura del debate sobre la calidad de la atención sanitaria en Ceuta. Carcedo no formuló anuncio alguno, no mantuvo reuniones con representantes institucionales –más allá de un breve encuentro con la delegada del Gobierno, Salvadora Mateos- o portavoces locales de los profesionales de la sanidad pública. La ministra apenas si se limitó a participar en un recorrido organizado por las instalaciones del Hospital Universitario.

Fueron los médicos quienes, a través de su sindicato SMC, dieron sentido a la visita abriendo la discusión pública a los problemas que aquejan al sistema sanitario ceutí.

En su relación de agravios, publicada por SMC en los medios de comunicación la víspera de la visita de Carcedo, los profesionales de la medicina ponían el punto de mira en las principales debilidades de la asistencia sanitaria en la ciudad. La primera de ellas, precisamente, la falta de médicos.

El envejecimiento de los profesionales es motivo de preocupación en el seno de las organizaciones médicas. Se estima que en el conjunto del país el 40% de los facultativos en activo tiene más de 55 años. Un perfil que no debería ser preocupante si el relevo generacional estuviese garantizado. Pero no lo está.

Recientemente, el diario “El País” revelaba la existencia de un informe del Ministerio de Sanidad todavía en elaboración donde se establece, entre otras conclusiones, que ya hoy faltan 4.000 especialistas en el sistema público. Las asociaciones profesionales consideran que en una década, y si se mantiene el actual ritmo de incorporación de los nuevos médicos procedentes del MIR, el déficit de profesionales con especialidad será, como mínimo, de 15.000.

Este inquietante escenario se agrava en el caso de Ceuta. La singularidad de la asistencia sanitaria en la ciudad, determinada por las peculiaridades propias de un enclave fronterizo que recibe a diario a más de 20.000 personas procedentes del país vecino, podría constituir un reto profesional para los médicos llegados desde otros puntos del país. Pero lo cierto es que, tal y como no se han cansado de reiterar los representantes del SMC y del Colegio de Médicos, no existen incentivos para atraer a los médicos a Ceuta y garantizar la estabilidad de las plantillas. La debilidad de las capacidades de reposición de especialistas que ya aquejan al sistema nacional se hará más evidente en Ceuta si no se adoptan medidas específicas, tal y como ha reclamado el SMC. El sindicato ha insistido en la necesidad de promover un “plan de choque” cuya ejecución no parece constituir una de las prioridades de la Administración.

A la falta de alicientes profesionales relacionados con el ejercicio de la práctica médica y el acceso a una formación que garantice la actualización de los conocimientos de los profesionales, se añaden otras consideraciones relacionadas con las percepciones económicas de los facultativos. SMC denuncia, por ejemplo, que las horas de guardia de los médicos ceutíes son las peor retribuidas de toda España.

La queja de los profesionales pasa por la convicción de que prácticamente cualquier problema de los que aqueja al sistema en España encuentra en Ceuta una versión agravada.

Los sindicatos españoles demandan desde hace años el establecimiento de un número máximo de pacientes por médico y enfermero en atención primaria. El ideal propuesto es la instauración de un cupo de 1.500 personas, que se reduciría a 1.000 en el caso de las consultas pediátricas. Según los últimos datos disponibles, correspondientes a 2017, la media de tarjetas sanitarias por médico, enfermero y pediatra en el territorio del Instituto de Gestión Sanitaria (Ingesa), integrado por las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla, es superior a la del conjunto de España.

 

Valoración de la asistencia

Curiosamente, y considerando los datos recogidos en el último Barómetro Sanitario elaborado por el Ministerio, los ceutíes no parecen estar descontentos con el servicio que se les presta. Según este estudio estadístico, el 43% de los usuarios destaca el buen funcionamiento de los servicios: el grado de satisfacción con el sistema es de 6,57 puntos sobre 10, índice que se eleva por encima de los 7 puntos en el caso de la atención primaria.

Aunque el Barómetro recoge también un dato que, en el contexto del estado de la medicina en Ceuta, resulta significativo: el 60% de los ceutíes declara que, en caso de poder elegir, preferiría ser atendido en una consulta privada. Pese a ello, la sanidad pública mantiene su prestigio cuando se trata de afrontar una enfermedad grave. En ese caso, más de la mitad de los encuestados prefiere ser atendido en un centro público.