OPERACIÓN CESTO

La Audiencia Nacional condena a penas de entre 10 y 12 años a los miembros de la célula yihadista detenidos en 2013

Los ahora condenados formaban parte de una organización dedicada al reclutamiento de voluntarios para su envío a las zonas de conflicto en Siria. La sentencia de la Audiencia Nacional destaca la "peligrosidad" y "radicalización" de los miembros del grupo. La célula fue desarticulada en el transcurso de la denominada "Operación Cesto", desarrollada en junio de 2013 en la ciudad.

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photo_camera Algunos de los detenidos en la operación policial desarrollada en junio de 2013/ MINISTERIO DEL INTERIOR

La Sección Segunda de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional ha condenado a penas de entre diez y doce años de cárcel a los once integrantes de una célula yihadista, asentada en Ceuta, que reclutaba combatientes para enviarlos a Siria con el fin de unirse a la yihad. Seis de los captados murieron en atentados suicidas y provocaron la muerte de centenares de personas. La célula fue desarticulada en el transcurso de la denominada “Operación Cesto”, desarrollada en Ceuta en junio de 2013.

La Sala, formada por los magistrados Concepción Espejel, Ángel Hurtado y Julio de Diego, considera a los integrantes del grupo responsables de delitos de integración en organización terrorista y tenencia ilícita de armas.

Las penas más altas han recaído sobre los dirigentes de la célula Karim Abdeselam Mohamed “Marquitos” e Ismail Abdellatif Al-Lal “Stifo”. El resto de los miembros de la célula -Abdelkrim Chaib Abdelaziz, Mohamed Heyouf Mohamed, Tarik Mustafa Hamed, Abdelah Abdeselam Ahmed “Chepej” o “El Cojo”, Yassin Ahmed Laarbi “Pistu”, Abdeluahid Sadik Mohamed, Abdesamij Laiachi Abdeselam, Nordin Ahmed Abdel Lah y Rochdi Abdeselam Abdel Lah, alias “Tuita”. Éste último ha sido condenado, además, a una pena de un año y medio como autor de un delito de tenencia ilícita de armas. La Policía halló en su domicilio de El Príncipe una escopeta de cañones recortados.

La sentencia se detiene a lo largo de sus 462 páginas en los detalles de las actividades del grupo, a cuyos integrantes describe como individuos “muy conscientes” del valor que su trabajo tenía para las organización terroristas filiales de Al Qaeda que operaban en Siria en su empeño por lograr la “imposición violenta del “califato global”. La Sala de la Audiencia Nacional subraya la “radicalización” y “peligrosidad” de los miembros de la organización.

La sentencia constata que los condenados eran conocedores de que las personas captadas emprenderían actos violentos nada más ponerse a disposición de las organizaciones yihadistas bajo cuya égida combatirían. Según la resolución judicial, todos los acusados mostraban una gran “radicalización religiosa”.

 En el transcurso de 14 meses, desde abril de 2012, la célula envió a las zonas de conflicto a, al menos, 28 yihadistas, nueve de ellos ceutíes. Seis de los terroristas oriundos de Ceuta murieron en actos violentos.

 

Célula terrorista

Los condenados desarrollaban sus tareas de captación desde Ceuta, donde coordinaban los viajes a Siria de los yihadistas y actuaban como enlaces con sus familias.

Karim Abdeselam Mohamed “Marquitos”, uno de lso dirigentes de la célula, sería el encargado de gestionar el viaje de los yihadistas proporcionándoles los billetes con destino a Turquia, paso previo a su entrada en Siria.  El otro líder del grupo, Ismail Abdellatif Al-Lal “Stifo”, habría asumido una destacada labor en la célula, llegando a acompañar a algunos de los yihadistas en sus viajes a Turquía.

“Marquitos” llegó a condenar el terrorismo durante el juicio y negó su participación en el reclutamiento de voluntarios para luchar en las filas de organizaciones terroristas.

Durante la investigación, la Policía intervino una conversación telefónica a Yassin Ahmed Laarbi, “Pistu” en la que éste confiaba a su esposa su intención de tomar parte en acciones armadas dentro de España. “Nosotros tenemos la yihad aquí en Ceuta, entonces no hace falta que vayamos allí", le confesó.