ANÁLISIS SOCIAL

Farid Othman-Bentria Ramos: “La alienación del individuo es caldo de cultivo para el terrorismo”

El coordinador del Grupo Federal Árabe Socialista trata de identificar las pautas que convierten a personas normales en asesinos.

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photo_camera Farid Othaman-Bentria Ramos, coordinador del futuro Grupo Federal Socialista Medina/A.S.

Farid Othman-Bentria Ramos (Tánger, 1979) es el responsable del recién creado Grupo Federal Árabe Socialista, del PSOE, y es una de las personas que trata de combatir el terrorismo identificando los parámetros significativos para convertir a una persona normal en un asesino.

El grupo que coordina está en proceso de transición, ya que entiende que el término “árabe” es excluyente. Así, el grupo está en proceso de denominarse ‘Arabe-Amazigh’, pero finalmente quedará como Grupo Federal Socialista Medina.

Lucha contra la “estigmatización” de los musulmanes, los árabes en general. Desde su perspectiva, “el uso del lenguaje puede ser terriblemente perverso”, indica en el plano de identificar a islamistas o islámicos con terroristas.

“Un terrorista es un terrorista. Un ciudadano es un ciudadano. El terrorista mata a ciudadanos”, advierte.

Así, subraya que no debe considerarse “el factor religioso. El IRA –en referencia al Ejército Republicano Irlandés- no era considerado como cristianista”.

En este sentido, pone de relieve que el hecho de “alienar” a los ciudadanos, les obliga “continuamente a tratar de justificarse. De esta forma, la alienación del individuo es un caldo de cultivo para el terrorismo”. Un factor muy importante es el “aislamiento” que sufren personas que después pueden caer en las redes del terrorismo, de forma que “necesitan tener un sentido de pertenencia. Un adolescente inadaptado es el que puede entrar en una secta religiosa. Por eso es un error gravísimo caer en la estigmatización de las personas”, sentencia.

Ahora bien, estos procesos de radicalización de personas para convertirlas en terroristas, en asesinos potenciales, “es reversible”, añade con optimismo cauto.

El problema “es muy fuerte. Yo veo que la identidad religiosa se pone encima de la mesa, pero la identidad religiosa es parte de la identidad: no debe definir al individuo”, señala.

Desde su punto de vista se cometen errores, aun con la mejor voluntad: “hay que apostar más por la interculturalidad, antes que por la multiculturalidad”, explica.

El grupo socialista que coordina se centra en la labor, entre otros colectivos, con los MENA, pero no son los menores de edad que se encuentran en Ceuta sin acogimiento familiar. Se trata de los ‘Middle East North África’. De esta forma, tratan de trabajar con personas que tienen una identidad concreta confesional-religiosa, hijos de inmigrantes, conversos, gente “que sabe” y personas de Ceuta y Melilla que constituyen por sí mismas un “rasgo diferencial”.

El grupo que coordina está hablando permanentemente con expertos, militantes, simpatizantes: “la palabra –indica- que define el grupo de trabajo implica un concepto de ágora. Analizamos la prevalencia urbana frente a otro tipo de conceptos y de formas. Tratamos de incluir a personas que no son de un colectivo concreto”.

Es un proceso que está en transición y expansión. De hecho se están constituyendo grupos territoriales, rompiendo estereotipos. Se siente Farid muy orgulloso de su equipo. Un equipo que en Ceuta no tendrá, per se, identidad de grupo territorial. “No es el mismo mensaje el de aquí, ya que la misma Ejecutiva se incardina en el grupo a nivel federal”.

A pesar de que entiende que la situación de los árabes en Ceuta es peor que hace veinte años, lo cierto es que “Ceuta y Melilla son un ejemplo a seguir a nivel nacional”. Sin embargo, es crítico, puesto que subraya que “se está haciendo mal”, en torno al concepto de “interculturalidad”.

“Hace veinte años la situación era mejor a la hora de integrar las distintas culturas, pero insisto en que esto es reversible. La cultura es poderosa. Falta poner en marcha decididamente la voluntad política y ciudadana”, sentencia.

Farid Othman-Bentria Ramos nació un 24 de junio de 1979, “la noche mágica del año”, señala, y estudió en Granada Ciencias Políticas y Sociología.

Llega un momento en que cambia de dinámica y se sumerge en el mundo de la formación profesional. Se hace protésico dental y alcanza un máster en alta estética dental y ortodoncia. Ha llegado a trabajar en el plano de la prótesis dental con “un Borbón” y también hasta con el acto pornográfico Nacho Vidal.

Es director de la Fundación Internacional de Derechos Humanos Thribune For Human Rights, participa en la Fundación Carmen Cerdeira, en el Ateneo de Madrid y, por si fuera poco, es poeta. Tiene publicado un libro titulado ‘Un viento de madera’, que incluye 74 poemas y 40 fotografías. El volumen es trilingüe, en árabe, francés y castellano, aunque incluye tres poesías en amazigh.