RELACIONES FAMILIARES EN LAS TRAMAS TERRORISTAS

Hermanos en la yihad

Las actuaciones de las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado han puesto de manifiesto la relevancia que las relaciones familiares adquiere en las tramas terroristas desveladas en toda Europa durante los últimos años. Ceuta fue escenario en enero del pasado año de la detención de dos parejas de hermanos. Uno de los últimos arrestados también es hermano de un ceutí fallecido en Siria en un atentado suicida.  

detención yihadista 23 febrero 2016
photo_camera Uno de los detenidos por la Policía Nacional en la operación desarrollada el pasado 23 de febrero/ C.A.

El ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, parecía no albergar dudas: las dos parejas de hermanos detenidos en Ceuta el 24 de enero de 2015 habían tomado como modelo a los Kouachi, autores de la terrible matanza que apenas dos semanas antes había conmocionado a los parisinos. Said y Chérif Kouaich, de padres argelinos y criados en un centro de acogida de menores, fueron los ejecutores de 12 trabajadores de la revista “Charlie Hebdo”. Las autoridades españolas temían que los cuatro arrestados en El Príncipe pudieran actuar por emulación. “Integraban una célula yihadista plenamente preparada y dispuesta para atentar en España”, alertaba Interior en un comunicado de prensa.

El hecho de que tanto los Kouachi como los detenidos en Ceuta fuesen hermanos parecía reforzar, circunstancialmente y de algún extraño modo, los temores de las autoridades españolas. Según el relato de Interior, todos los detenidos seguían consignas impartidas por el líder de Daesh, Abu Bakr Al Baghdadi. En los registros de sus domicilios, la Policía encontró una pistola automática, diversas armas blancas y uniformes de combate. Todos negaron ante el juez su pertenencia a organización terrorista alguna.

El juez de la Audiencia Nacional, José de la Mata, entibiaba recientemente las expectativas de Interior respecto a Farid y Mohamed Mohamed Al Lal y a Anwar y Radouan Alli Amzal. El magistrado reducía los delitos imputados al grupo de integración en organización terrorista a otros relacionados con la captación, adoctrinamiento y adiestramiento de terceros, con penas bastante inferiores.

Sea como fuere, las noticias sobre hermanos que se implican en organizaciones y actividades terroristas resultan cada vez más frecuente.

Un estudio de la Universidad de Gante subraya la relevancia que entre los activistas de las organizaciones yihadistas adquieren los lazos de parentesco y vecindad. El sentido de pertenencia a una misma familia o a un mismo barrio ejerce de acelerador del proselitismo. Más allá de la ideología, los captados pueden sentirse atraídos por el hecho de que sus hermanos o vecinos ya estén enrolados en el movimiento.

El parentesco parece constituir un factor movilizador. El diario “El País” revelaba en julio del pasado año que catorce familias españolas se habían desplazado hasta Siria para, al amparo del Daesh, instalarse en los territorios controlados por los yihadistas. Entre los que ya se hallaban establecidos en las áreas ocupadas por los terroristas se encuentra la ceutí Asia Ahmed Mohamed, hermana de uno de los primeros terroristas suicidas españoles. Asia es la esposa del tristemente célebre Mohamed Hamduch, alias “Kokito”, un matarife de Castillejos, conocido por su sanguinario historial, que falleció el pasado noviembre en un enfrentamiento con el ejército sirio.

En Siria también perdió la vida en una acción suicida Mustafá Mohamed Layachi, alias “Piti”, de 30 años. Hamza Layachi fue detenido el pasado 23 de febrero en Ceuta acusado de integrar una célula dedicada a la captación, adoctrinamiento, radicalización y envío de yihadistas a las áreas de conflicto bélico. Ambos también eran hermanos.