Transportaba ocultas 20 toneladas de hachís

La intervención de un buque en el Estrecho desvela la financiación del yihadismo a través del narcotráfico

La intervención en la zona del Estrecho de un buque con 20 toneladas de hachís ha puesto al descubierto que el yihadismo se financia a través del narcotráfico. Los investigadores sospechan que el buque era gestionado por una red que, mediante el tráfico de drogas, financiaba la compra de armas destinadas a grupos terroristas yihadistas asentados en países de la cuenca mediterránea oriental

La financiación sido una incógnita que siempre ha planeado sobre las acciones células terroristas del Daesh. Los investigadores, aparte de vigilar muy estrechamente todos sus movimientos en las redes sociales y en sus entornos, han trabajado intensamente para conocer todos los entresijos de esta amenaza terrorista mundial, y, sobre todo, su modelo financiero.

Sobre este apartado se han barajado múltiples teorías, aunque cada vez toma más cuerpo que una de las fuentes es el tráfico de sustancia estupefacientes.

Prueba de ello es el operativo internacional desarrollado en el Mediterráneo, del que informó el pasado martes la Guardia Civil. La Benemérita ha desvelado que con el mencionado operativo se ha conseguido asestar un “golpe muy duro” a la red de tráfico de drogas y armas con el que se financiaban grupos vinculados al yihadismo.

Así la Guardia Civil, en el marco de la operación URCA, ha procedido al abordaje, por parte de Unidades Especiales de Intervención, de un buque de bandera panameña que llevaba camuflados en dobles fondos, entre carga de madera, 19.600 kilos de hachís, lo que la convierte en una de las mayores aprehensiones de este tipo de sustancias estupefacientes. Igualmente, en la operación los agentes incautaron abundante documentación y material informático que está siendo analizado.

La operación se inició el pasado 22 de septiembre, cuando la Guardia Civil y el Servicio de Aduanas francés tuvieron conocimiento de que el buque Marti N, con bandera panameña y que se encontraba navegando por el Mediterráneo con rumbo a Libia, podría portar una gran cantidad de estupefacientes.

Sobre este buque ya se mantenía abierta una investigación por parte del Equipo Contra el Crimen Organizado (ECO-Alicante) de la Unidad Central Operativa de la Guardia Civil, por su supuesta implicación en el transporte internacional de estupefacientes, Equipo que requiere la colaboración del Centro de Coordinación de Vigilancia Marítima de la Guardia Civil, encargado del control de embarcaciones por el Mediterráneo, así como de la Unidad Especial de Intervención (U.E.I) del mismo Cuerpo, especialistas en el asalto de embarcaciones y en otras operaciones de alto riesgo.

Con el apoyo de Europol y de un avión del Servicio Aéreo de la Guardia de Finanza italiana, en la madrugada del 23 de septiembre fue localizado e interceptado en el Estrecho, procediendo al abordaje del buque, ocupado en ese momento por doce tripulantes (11 ucranianos y 1 de Uzbekistan).

Tras la inspección del interior del barco se localizaron en unos dobles fondos, ocultos junto a la carga legal de madera que transportaba, unas grandes bolsas que contenían fardos de resina de hachís por lo que se procedió a trasladar el buque al puerto de Almería donde, en presencia de la comisión judicial, se realizó la descarga de la madera y el registro exhaustivo del barco, hallándose en su interior 19.600 kilos de hachís, deteniendo a la tripulación, que ingreso en prisión por orden de la Autoridad Judicial.

 

Otros buques incautados

El buque Marti N,  al igual que otros intervenidos con estupefacientes en el Mediterráneo, se hallaba incurso en una operación policial internacional que bajo la coordinación de Europol, desarrolla conjuntamente la Guardia Civil, Servicio de Aduanas y Policía Nacional de Francia, Guardia de Finanza y Dirección Central para los Servicios Antidroga de Italia, Servicio de Guardacostas de Grecia y la DEA de EEUU, operación que, durante diversas fases, ha permitido la detención de 109 personas de diversas nacionalidades  y la intervención de cinco buques de gran calado que transportaban 97.840 kilos de hachís y de otros dos buques intervenidos en Grecia, uno de bandera boliviana, que transportaba 5.000 armas largas y 500.000 cartuchos de munición  9 milímetros parabellum, y otro de bandera de Togo con 6.400 armas largas, 570.000 cartuchos y 10 toneladas de nitrato amónico, cuyo destino final era la ciudad Libia de Misrata, bastión del califato islámico.

Se da la circunstancia que el buque de bandera boliviana intervenido con las armas y municiones en Grecia, había estado atracado en el Puerto de Málaga desde 2010, tras ser abandonado por su anterior propietario, siendo adquirido en subasta pública en el año 2014 por un empresario sirio-libanés.

La aprehensión de estas cantidades de hachís, así como de las armas, ha supuesto un duro golpe para estas organizaciones que podrían estar detrás de la financiación de grupos de la insurgencia islamista radical.

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