JUICIO EN LA AUDIENCIA NACIONAL

El presunto líder yihadista detenido en El Príncipe en 2013 condena el terrorismo y dice ser "un cabeza de turco"

Karin Abdeselam Mohamed, "Marquitos", para quien el Fiscal solicita 12 años de prisión por captar voluntarios para el Estado Islámico en Siria, se ha desvinculado de la célula yihadista que la policía desarticuló en la barriada El Príncipe en 2013. 

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photo_camera Algunos de los yihadistas detenidos en la operación policial en 2013/ MINISTERIO DEL INTERIOR

Un cabeza de turco. Ésta es la expresión que Karin Abdeselam Mohamed, “Marquitos”, el presunto líder de la célula de captación de yihadistas desarticulada en El Príncipe en 2013, ha utilizado hoy durante el juicio abierto en la Audiencia Nacional. Abdeselam ha condenado el terrorismo y ha negado su participación en el reclutamiento de voluntarios para luchar en las filas del Estado Islámico.

El procedimiento se dirige contra los once integrantes de la célula que, presuntamente, se dedicaba a la captación de simpatizantes yihadistas para su envío a los campos de combate de Siria. La Fiscalía pide para ellos de 10 a 12 años de cárcel.

Abdeselam ha asegurado al juez que jamás viajó a Turquía con la intención de empuñar las armas sino que su intención fue la de entablar contacto con una mezquita para visitar un campo de refugiados.  El acusado ha defendido su inocencia sugiriendo la existencia de una persecución. “Otra vez me acusaron de pertenecer a Al Qaeda, ahora de formar parte del Estado Islámico –se ha quejado- Cuando salga otro grupo me acusarán también por ello”.

A preguntas del fiscal, el acusado ha asegurado que la información intervenida por la policía en su ordenador está al alcance de cualquiera en la red y que sólo la conservaba para mantenerse informado acerca de la marcha del conflicto en Siria. Abdeselam también ha denunciado haber sufrido un trato discriminatorio durante su internamiento en la prisión de Castellón a causa de su religión.

Abdelkrim Chaib Abdelaziz, otro de los acusados, también ha mantenido que la información que guardaba en su domicilio no tenía por objeto adoctrinar a futuros yihadistas. Chaib explica que se limitó a informarse acerca de la situación en la que se encontraban los musulmanes en Siria.

Los acusados han negado en todo momento cualquier vinculación con movimientos violentos de inspiración yihadista bajo el argumento de que el Corán prohíbe a los fieles la inmolación.

La célula de El Príncipe

Los presuntos dirigentes de la red son Karin Abdeselam Mohamed, “Marquitos”, e Ismael Abdellatid Al Lal, “Stifo”, para quienes el fiscal solicita 12 años de prisión. Los acusados desarrollaban sus tareas de captación desde Ceuta, donde coordinaban los viajes a Siria de los yihadistas y actuaban como enlaces con sus familias.

“Marquitos” sería el encargado de gestionar el viaje de los yihadistas proporcionándoles los billetes con destino a Turquia, paso previo a su entrada en Siria. “Stifo” habría asumido una destacada labor en la célula, llegando a acompañar a algunos de los yihadistas en sus viajes a Turquía.

Ismael Abdellatif Al Lal, tenía una "función esencial en la red respecto a las personas que se desplazaban a Siria" e incluso viajó en varias ocasiones a Turquía para acompañar a los muyahidines.

El fiscal atribuye a Abdelah Abdeslam Ahmed, alias “Chepej” o “El Cojo” un papel de “referente ideológico” de la trama y se le responsabiliza del envío a Siria de Mohamed Abdeselam Mohamed, Hamza Mohamed Abdeselam, Yunes Ahmed Mohamed y Zuhair Ahmed Ahmed, todos ellos fallecidos.

Junto a todos ellos, el fiscal subraya la actitud de Yassin Ahmed Laarbi, “Pistu”, a quien la policía intervino una conversación telefónica en la que confiaba a su esposa su intención de tomar parte en acciones armadas dentro de España. “Nosotros tenemos la yihad aquí en Ceuta, entonces no hace falta que vayamos allí", le confesó.

Abdesamij Laiachi Abdeselam, Rochdi Abdeselam Abdel Lah, "Tuita", y Nordin Ahmed Abdel Lah, alias “Veneno”, intentaron sumarse a las actividades de los terroristas del Estado Islámico en Siria.