penas de prisión de 10 a 12 años

El Supremo ratifica las condenas impuestas a los yihadistas detenidos en la Operación Cesto

La Sala de lo Penal del alto tribunal ha desestimado los recursos de casación interpuestos por los condenados, a quienes la Audiencia Nacional impuso penas de prisión de entre 10 y 12 años. 

yihadistas operación cesto
photo_camera Ocho de los detenidos en el transcurso de la Operación Cesto/ ARCHIVO

El Tribunal Supremo ha confirmado las penas de entre diez y doce años de prisión que la Audiencia Nacional impuso a los once miembros de una célula yihadista desarticulada en Ceuta en la denominada “Operación Cesto”. La Sala de lo Penal de Supremo ha desestimado los recursos de casación interpuestos por los condenados, considerados integrantes de una red dedicada al reclutamiento y envío de voluntarios a Siria.

La Audiencia Nacional impuso a los procesados condenas que oscilaban entre los 10 y los 12 años de prisión por la comisión de delitos de integración en organización terrorista y tenencia ilícita de armas.

Las penas más altas recayeron sobre los dirigentes de la célula Karim Abdeselam Mohamed “Marquitos” e Ismail Abdellatif Al-Lal “Stifo”. El resto de los miembros del grupo -Abdelkrim Chaib Abdelaziz, Mohamed Heyouf Mohamed, Tarik Mustafa Hamed, Abdelah Abdeselam Ahmed “Chepej” o “El Cojo”, Yassin Ahmed Laarbi “Pistu”, Abdeluahid Sadik Mohamed, Abdesamij Laiachi Abdeselam, Nordin Ahmed Abdel Lah y Rochdi Abdeselam Abdel Lah, alias “Tuita”. Éste último fue condenado, además, a una pena de un año y medio como autor de un delito de tenencia ilícita de armas. La Policía halló en su domicilio de El Príncipe una escopeta de cañones recortados.

La sentencia describía a los integrantes de la célula como individuos “muy conscientes” del valor que su trabajo tenía para las organizaciones terroristas filiales de Al Qaeda que operaban en Siria en su empeño por lograr la “imposición violenta del “califato global”. La Sala de la Audiencia Nacional subrayaba la “radicalización” y “peligrosidad” de los miembros de la organización.

La sentencia constataba que los condenados eran conocedores de que las personas captadas emprenderían actos violentos nada más ponerse a disposición de las organizaciones yihadistas bajo cuya égida combatirían. Según la resolución judicial, todos los acusados mostraban una gran “radicalización religiosa”.

 En el transcurso de 14 meses, desde abril de 2012, la célula envió a las zonas de conflicto a, al menos, 28 yihadistas, nueve de ellos ceutíes. Seis de los terroristas oriundos de Ceuta murieron en actos violentos.

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