Un año ha transcurrido ya desde que Pepe Mata diese el último adiós. Sin embargo, el tiempo no lo cura todo, tan solo cubre el dolor de cicatrices. Y el sindicalista dejó un inmenso vacío que en el primer aniversario de su fallecimiento no ha podido ocultar las lágrimas de los rostros de sus familiares y amigos que le han rendido un discreto e íntimo homenaje en el nicho donde descansa.
“Pepe era marido, padre, pero, sobre todo, fue un trabajador incansable dentro de la organización”, se arrancaba el secretario general de UGT, Juan Carlos Pérez. “Muchos trabajadores de Ceuta le deben muchas cosas, pero nuestra organización aún más. Le debe el esfuerzo, el trabajo realizado y, sobre todo, una labor fundamental, como es la recuperación e la Memoria Histórica”.
Pérez, emocionado, ha alabado ese inmenso trabajo emprendido por su compañero, “para recordar a tantos y tantos trabajadores que fueron fusilados, aniquilados, por sus ideas, por defender la democracia”.
“No tengo palabras para decir lo que siento, nosotros nos veíamos todos los días. Más que un compañero era un hermano para mí, le debo mucho a Pepe, y mi familia también. En un año que se fue, recordarlo, porque lo echamos mucho de menos”.
