HISTORIA DE UN CONVERSO

Del catolicismo al islam

Nació en la barriada ceutí de Fuente Caballos hace 40 años en el seno de una familia muy humilde y trabajadora. Hasta los 19 años fue católico, después se convirtió al islam y hoy es el presidente de la mezquita de Loma Colmenar.

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photo_camera Abdelhali, junto al imán de la mezquita de Loma Colmenar / Cristian Marfil

Rafael García Ibáñez, ahora Abdelhali, es un converso al Islam que ahora dirige los destinos de la mezquita de Loma Colmenar, de la que es presidente, al igual que ocupa el mismo cargo en la barriada en la que vive. Loma Colmenar.

Su padre, relata, ha sido muy trabajador y sus seis hermanos, a los que califica como “grandes luchadores”, igual y han sabido salir adelante, “aunque con muchos problemas”.

Rafael desde pequeño profesó la religión católica, según se desprende de su testimonio. “Nací, fui bautizado, hice la comunión y comía cerdo; era católico, aunque no me llegué a casar”.

Los problemas existentes en el seno familiar hicieron que Abdelhali decidiera refugiarse en la religión. Abandona el catolicismo para convertirse al Islam, “que fue donde encontré la paz, las amistades, la armonía”, y lo que es más importante para él, “aprendí a servir a los demás”.

Cuando entró de lleno en esta religión fue muy bien acogido. “Me trataron como un padre a un hijo, y me dieron lo que me faltaba en casa”, precisa.

Posteriormente, su vida también iba a contemplar otro cambio importante. Fue el momento en el que conoció a una mujer, de religión musulmana, “con la que me casé”. Al igual que él, su esposa también practica el islam. A raíz de su matrimonio, este ceutí se fue adentrando, poco a poco, en su nueva confesión religiosa, la que “estudié cada día más” hasta darme cuenta que “era lo que me gustaba”. Su día a día es sencillo, ya que “hago mis rezos, trabajo, y el resto de tiempo se lo dedico a la barriada”.

Para Abdelhali, su religión actual significa “paz, y practicándola me siento feliz”. Su conversión se produce en el año 1994, entonces tenía 19 años de edad. “Me bauticé y fue cuando cambio de nombre, tomando el de Abdelhali”. “Poco a poco comencé a conocer la religión y me fui integrando en la comunidad”, alega.

Tiene las ideas claras sobre su nueva confesión religiosa, sobre todo cuando afirma que para ser un buen musulmán no basta con “llamarte Mohamed o Abdelhali, sino que hay que practicar, llevarte bien con todas las personas, sea cual sea su religión”, El ceutí pone especial énfasis a la hora de resaltar este punto y reitera que el musulmán “tiene la obligación de respetar todas la religiones y llevarnos bien con todo el mundo, sea de la condición o de la religión que sea”.

Poco a poco, según dice, “me voy metiendo más en el islam, aunque no de una forma radical”, “Rezo todos los días desde hace 20 años”.

Con el tiempo, este ceutí se va haciendo un sitio en la comunidad y llega a la presidencia de la mezquita de Loma Colmenar hace seis años. Todo sucedió, relata, con motivo del Ramadán. Fue en ese momento cuando, gracias a la ayuda de la Comunidad Islámica de España y de la Ciudad, logran que se instale una carpa en la barriada con el objetivo de poder “celebrar el mes sagrado todos los vecinos unidos”. Hay que tener en cuenta que aquellas fechas la barriada era “prácticamente nueva”. Lo que se buscaba era la creación de “una armonía entre todos los vecinos”, explica.

Para poner el punto final al mes sagrado, las autoridades se desplazaron hasta la barriada para celebrar la fiesta del Ramadán”. El momento fue aprovechado por Abdelhali para transmitirle al presidente de la Ciudad, Juan Vivas, la necesidad de contar con un local para una mezquita.

Al poco tiempo, la petición de local se convirtió en realidad, “y buscando dinero por un lado y por otro, y gracias a la ayuda también de la Comunidad Islámica, el barrio empezó a contar con una mezquita”.

Posteriormente se hizo una asamblea, “y todos los vecinos decidieron que tenía que ser el presidente, y yo, feliz y contento, acepté”, detalla.

La unión es el factor dominante en la comunidad y ello se refleja en que todos sus miembros ayudan para que, por ejemplo, "las clases en el colegio de árabe sean gratuitas". Todo con el objetivo de enseñar lo que es y significa el islam a los más pequeños.

Las directivas de las mezquitas, en Ceuta, se dedican a llevar todos los asuntos relacionados con las mismas, “y nada tiene que ver con el imán”, dice Abdelhali. “El imán está aparte y está para rezar y somos nosotros los que dirigimos y nos ocupamos de todos los demás asuntos”, agrega.

 

Sin fanatismo

Son los componentes de la directiva, agrega el presidente de la mezquita, “los que revisan los discursos para que se expliquen en condiciones y sin ningún tipo de fanatismo”.

Una pregunta era obligada, aunque el responsable de la mezquita no tiene ningún problema a la hora de afirmar que el “yihadismo” no es algo en lo que los musulmanes crean, “ya que el islam dice que está prohibido matar”. “Cada vez que rezamos durante el día siempre decimos la paz vaya contigo”. Siendo esto así, ¿cómo vamos a matar a una persona? Abdelhali se muestra firme a la hora de decir que “nadie tiene derecho a quitarle la vida a otra persona, sea quien sea”. “Lo que hacen esto, para mí, no son musulmanes”, espeta.

Tanto es así, que el presidente deja que claro que la comunidad que más está sufriendo con este problema es “la nuestra, tanto físicamente como moralmente, y, además, día a día”. “Somos musulmanes, pero no terroristas”, concluye.