EN ROMERíA HASTA EL MONTE HACHO

Los ceutíes arropan a San Antonio a pesar de las previsiones meteorológicas

Un 13 de junio más muchos caballas se han animado a celebrar la romería de San Antonio en el Hacho a pesar de las nubes que amenazan lluvia. Familias, amigos, volantes y cante han sido la nota predominante en una de las fiestas más tradicionales de la ciudad.

Un año más la ciudad celebra la romería de San Antonio. Desde primera hora de mañana y hasta bien entrada la tarde, los ceutíes acuden en familia o con amigos a disfrutar de un día de campo con las vistas que ofrece la cara norte del Monte Hacho. La tradición manda que las jóvenes casaderas se encomienden al santo con la esperanza de encontrar novio y que se repartan panecillos bendecidos emulando a la multiplicación que realizó el santo.

La imagen ha presidido el patio situado frente a la puerta principal de la Ermita, donde se ha celebrado la eucaristía para después procesionar con el santo por los aledaños. La imagen que se conserva desde antiguo en la Ermita del Hacho es de estatura más bien mediana, va vestida de sencillo hábito franciscano con blanco cordón y en una de sus manos sostiene, a la altura del pecho, un Niño Jesús de recia talla. Sobre su cabeza fulgura una aureola de plata, símbolo de la santidad.

 

Una imagen anónima

La imagen del Santo existía ya en su ermita en 1588, cuando el obispo Don Diego Correa ordena que la cofradía la traslade en sus vísperas a la Catedral para tener el espacio necesario para tan solemne festividad. En 1770 se arregló el universo de plata que por aquel entonces portaba el Niño Jesús como prueba un recibo encontrado. La imagen de San Antonio de Padua no llevaba hábito franciscano. De hecho, en 1704 tenía siete vestidos: de tela de amusgo, de raso listado de negro y blanco, de raso de china, de peldefebre, de picolisillo, y dos de plata con sus tornillos. El Niño Jesús tenía también cuatro cazacas.

El 2 de diciembre de 2003 se acuerda en reunión de Junta de Gobierno restaurar la Imagen de San Antonio de Padua. La actual imagen ha sido catalogada perteneciente al siglo XIX. Lleva tosco hábito franciscano con cíngulo blanco ciñendo su cintura; en la mano derecha porta los lirios de la pureza; sobre la izquierda reposa la tierna y bellísima imagen del Niño Jesús, también el libro, abierto de par en par, donde se puede leer estrofas del responsorio; y rodeando su cabeza tonsa, la aureola de la santidad, realizada en Ceuta por Pedro Rodríguez Blanco. La imagen del Niño Jesús, que portara San Antonio hasta los primeros años de la década de los 90 del siglo pasado, y que en la actualidad se encuentra al culto en una pequeña hornacina de la ermita, según los restauradores es, muy probablemente del siglo XVIII, copiando modelos de la Escuela Andaluza del XVII.