Hace ya casi tres años que, en las calles de Ceuta, se dejaron de escuchar sonidos muy asociados a la realidad de esta ciudad: "mueble" y "cambio". Desde que en noviembre de 2019 se cerró el paso de porteo, luego, en 2020, Marruecos clausuró la frontera por el Covid, los 'rebuscadores' no han vuelto a pisar la ciudad. La reapertura, en abril del presente 2022, con la exigencia del visado para entrar en Ceuta, tampoco ha permitido su regreso a la ciudad y eso se nota en las calles.
Acostumbrados a que los enseres abandonados en las aceras desaparecían por 'arte de magia' por la frontera del Tarajal, por todos los rincones de la ciudad se acumulan, día sí y día también, montañas de colchones, somieres, grandes electrodomésticos entre otros muchos objetos viejos o estropeados.
El pasado mes de junio, TRACE, la empresa concesionaria del servicio de limpieza pública y recogida de residuos, aseguró recoger a diario "entre cinco y seis toneladas" de enseres abandonados junto a los contenedores de basuras. Existe una aplicación móvil, 'Línea Verde: Comunicación de incidencias', para informar del depósito de residuos de gran volumen en la vía pública.
La empresa concesionaria de la limpieza viaria cuenta con un servicio gratuito de recogida de muebles y enseres a domicilio. Existe un número de teléfono (956 52 02 51) al que el ciudadano que tenga algún mueble del que quiera deshacerse puede llamar al margen de la aplicación ‘Línea Verde’.
Pero el incivismo va más allá de las calles de Ceuta y algunos abandonan los muebles o electrodomésticos en el monte, convirtiendo muchos rincones en vertederos improvisados, un quebradero de cabeza de la Consejería de Medio Ambiente y Servicios Urbanos. Hasta tal punto, que TRAGSA ha tenido que actuar en varias zonas de la ciudad, no sólo para el desbroce y limpieza de cañadas o pasos ajardinados. Han de recoger las basuras y enseres que encuentran en las zonas donde ha de acometer las limpiezas.
La nueva Ordenanza de Limpieza Pública y Gestión de Residuos es más dura contra quien se salta las normas, incrementando la cuantía de las multas, tanto de las infracciones leves como de las sanciones graves que pueden ser sancionadas con hasta 3.000 euros para los que abandonan muebles o enseres grandes, pero no puede haber un policía en cada rincón de la ciudad.
