entrega de "la latera" a título póstumo

"Me faltan años para daros las gracias"

Estas han sido las únicas palabras que ha podido decir el hijo de la homenajeada Antonia Pérez Padín.

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photo_camera El hijo de la premiada recoge emocionado el busto de manos de la vicesecretaria de UGT / C.A.

UGT ha entregado la segunda edición de su premio La Latera a Antonia Pérez Padín, mujer comprometida por la lucha de los derechos sociales en la convulsa España de los años 30 y 40. El historiador Francisco Sánchez ha realizado un emotivo recorrido por la vida de la premiada, quien fue encarcelada en el penal del Sarchal para después pasar a varias cárceles de la península, donde pasaría 12 años, en los que fue separada de su marido y sus cinco hijos. Antonia fue un referente en la ciudad por sus ideas claras y su compromiso social. De hecho, durante una huelga que vivió la ciudad en aquellos años durante tres meses, en su casa de comidas del barrio de las Latas no faltó un plato de comida a un solo obrero. Fue precisamente esta forma de vida la que no se le perdonó tras el golpe militar del 36 y que hoy "debe ser tomada como un ejemplo por las nuevas generaciones". Sánchez ha terminado su intervención recordando las palabras de Julia Conesa "que nunca se borre nuestro nombre de la historia".

El secretario general de UGT en Ceuta, Juan Carlos Pérez, asegura que con este premio rescatan del olvido a mujeres como Antonia y "se hace justicia con todas las que lucharon por una sociedad más justa e igualitaria".

Por su parte, la vicesecretaria general del sindicato, Cristina Antoñanzas, ha sido la encargada de entregar el busto de La Latera al hijo de Antonia Pérez Padín, Manuel, quien a sus 83 años ha asegurado que "le faltan años para daros las gracias". Poco más ha podido añadir Manuel quien se abrazaba al busto de La Latera emocionadísimo, recordando que conoció a su madre con 10 años. 

También ha estado presente en el acto, aunque de forma virtual, la nieta de Antonia, Gloria, quien ha recordado como en su casa se hablaba de los "hoteles" en los que había vivido su abuela. Años después descubrieron las crueldades vividas en esas cárceles que llamaban hoteles para proteger a los más pequeños de la casa. Gloria ha recordado cómo una enfermedad en Marruecos le permitió pasar unos días con su abuela. "Mi madre la mandó para que me cuidara". Fue en estos días cuando Gloria descubrió los horrores que vivió su abuela. "Yo me comprometía a comer todo lo que me preparaba, a cambio de que me contará su historia. Engordé 10 kilos".