Daban las 9 de la mañana y el minibús paraba frente a la May-West para recoger a los pasajeros restantes. Un cielo plomizo parecía poner en peligro la visita a una de las ciudades declaradas Patrimonio Mundial de la UNESCO. La lluvia no hizo acto de presencia en toda la jornada por lo que pudimos disfrutar nuestro paseo por calles y parajes de esta encantadora ciudad.
La mañana estuvo dedicada a visitar los distintos conjuntos arquitectónicos que adornan las calles de la Ciudad Vieja: La Plaza del Coso Viejo, Murallas y Plaza de los Escribanos, La Colegiata y el Arco de los gigantes, entre otros.
Llegada la hora del almuerzo nos dirigimos al Restaurante Reina en el que nos ofrecieron algunos de los platos típicos de la exquisita grastronomía de la zona: La porra antequerana, los molletes, uno de los postres de más renombre como es el “Bienmesabe” y no podía faltar una degustación de los mantecados artesanos de Antequera elaborados en “El Convento”, una de las fábricas de más prestigio.
Para bajar parte de la ingesta, dedicamos la tarde a visitar el conjunto arqueológico de Los Dólmenes -de ellos pudimos acceder a Los de Menga y Viera- y dar un paseo por El Torcal.
Otra actividad organizada por esta Casa con la que pudimos pasar, una vez más, una jornada estupenda que, además de servir para fortalecer lazos de unión y amistad entre sus socios, nos ponen en contacto con la cultura, costumbres y gastronomía de los pueblos andaluces.