el párroco de la iglesia del valle pregonará la semana santa

Padre Ignacio: "Me siento muy pequeño ante una tarea que me desborda"

El párroco de la Iglesia del Valle aún no tiene claro por dónde irá su pregón que espera no se convierta en "una homilía más larga". Su inspiración la busca en su pequeña parroquia donde se ha encontrado con una gran familia "numerosa".

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photo_camera El párroco, dentro de la Iglesia del Valle (C.A.)

El padre Ignacio Fernández de Navarrete, párroco de Nuestra Señora del Valle, ha sido elegido pregonero de la Semana Santa del próximo año. La decisión se tomó en el Cabildo Ordinario del Pleno del Consejo Diocesano de Hermandades y Cofradías de la Ciudad y Obispado de Ceuta. El nuevo pregonero es natural de Cádiz aunque lleva afincado en ciudad desde 2013, fecha en la que se incorporó a la Parroquia de Nuestra Señora de África, tomando posesión este verano como párroco de Nuestra Señora del Valle.

Nos recibe en su despacho en el lateral de la que desde agosto se ha convertido en su parroquia. Asegura que se ha encontrado con una gran familia, “numerosa y entrañable con mucha vida parroquial y lazos espirituales de cariño”. Se siente orgulloso de que el templo se llene. “Da gusto ver el sábado por la tarde y los domingos a familias con sus hijos, incluso a algún adolescente que es la edad crítica de la fe. Son familias que se confiesan, hablan con el cura, llevan una vida de fe. En definitiva, la vida parroquial es una vida de familia de los hijos de Dios. Una escuela de comunión, como una familia numerosa, donde todos aprenden a quererse”. En la parroquia, que hasta el verano llevaba el padre Cristóbal, no solo se preparan los Sacramentos sino también los cenáculos de oración o la JMV.

En referencia a su nombramiento como pregonero de la Semana Santa, el padre Ignacio asegura sentirse “muy pequeño ante una tarea que le desborda totalmente. Estamos con tanta ilusión como miedo, que es mucho. El miedo empuja y esperemos que no paralice”. Aun no tienen perfilada la línea del pregón pero son muchas las ideas que se le vienen a la cabeza estando en el templo donde le pide “muchas luces a Dios porque al final, pregonar la Semana Santa es pregonar su muerte y resurrección en Ceuta y para los ceutíes”. Entre esas ideas destaca los 600 años de la diócesis de Ceuta, “como punto de llegada y de partida y de continuación de esos años de evangelización”. Se dibuja la idea de una Iglesia abierta para hablar a todos, “a través de las cofradías y su imaginería porque el mensaje es para todos, creyentes y no creyentes. El mensaje se amor y misericordia es para todos”. El recorrido por las distintas hermandades de la ciudad será inevitable en un pregón que espera cumpla las expectativas y no se convierta en, lo que muchos temen cuando un sacerdote realiza un pregón, una homilía más larga.

Para el padre Ignacio que Ceuta sea la ciudad de las cuatro culturas supone “una apertura de corazón y ser muy fiel a mis raíces, no en el sentido excluyente sino todo lo contrario y más en una ciudad como Ceuta. La iglesia tiene una riqueza espiritual que puede aportar muchísimo de humanidad y fraternidad. Me parece que la fidelidad a mi fe y cultura cristiana puede aportar mucho al rico acerbo espiritual de Ceuta”. Precisamente con una de esas cuatro culturas, la hindú, la Iglesia tuvo un “encontronazo” cuando con motivo de la festividad de su dios Ganesh entraron en el Santuario de África en señal de respeto y amor a la patrona de la ciudad y como se viene haciendo desde hace 13 años. Esta visita provocó el cese del vicario y párroco del santuario, que días después fue readmitido bajo un gran revuelo social. Al padre Ignacio, desde esa postura conciliadora que le caracteriza, le consta que la comunidad hindú lo hizo con “muchísima fe, respeto y cariño. El obispo ha estado dialogando con los hindúes y me parece que las pequeñas, o grandes, crisis, pueden ser ocasión, paradójicamente, para acercarnos entre nosotros. Un pequeño enfado es una buen ocasión para conocernos mejor, querernos mejor y ayudarnos mas e incluso para evangelizar. El mensaje de Cristo es querer a todo el mundo”. Matiza que aunque todas las personas tienen cabida en el templo, “no sé si la tiene otro dios cuando creemos solo en uno. Personas todas, pero dioses cada uno tiene los suyos”. Asegura que es “un tema muy complejo en el que hay que profundizar más allá de las críticas fáciles siempre desde el respeto y nunca con insultos”.

Precisamente ese mismo respeto es el que pide mirando hacia Cataluña. Considera que todo lo que divide no es bueno. “La independencia es un derecho, lo que no es un derecho es usar la violencia y la mentira para conseguir algo que al fin y al cabo no tiene por qué ser malo. El fin nunca justifica los medios. Unos medios violentos descalifican el fin que pudiendo ser bueno en sí, deja de serlo por los medios que se utilizan”.

El padre Ignacio lleva desde 2013 viviendo en Ceuta. Los últimos cuatro años ha estado ayudando al vicario del Santuario de África, donde pudo comprobar que Ceuta es una ciudad religiosa todo el año. “He visto el goteo constante de gente que va a misa y a ver al Nazareno, al Veracruz o a la Virgen del Amor. Las cofradías son las que ayudan a mantener la fe y la religiosidad durante todo el año, no solo en Semana Santa”. Cuando fue ordenado sacerdote en 2003 comenzó en pedanías de Vejer, una forma muy diferente de hacer iglesia. “En los medios rurales es el cura el que debe trasladarse a cada lugar porque la población está más dispersa y tiene menos movilidad. En las ciudades todo es más sencillo”. 

Este sacerdote afronta con respeto y seriedad ser el pregonero de la Semana Santa de una ciudad de la que “cada día estoy más convencido de que me iré llorando”.