testimonio de una madre del colegio san agustín

Acuérdate del secreto

Esta frase fue el inicio de una pesadilla que ningún niño debería vivir. Y es que el aula de primero de Infantil del colegio San Agustín del curso 2014-2015 escondía una historia de vejaciones, insultos y malos tratos a un grupo de alumnos de 3 años.

Agustinos
photo_camera Varios niños de 3 años vivieron "un infierno" con esta profesora / ARCHIVO

La pesadilla de dos niños de 3 años fue descubierta en la bañera. Su madre, preocupada por las heridas e hinchazones con los que salían de clase, comenzó a preguntar. “No quería presionarles, pero sabía que algo no iba bien. Un día uno de los niños llegó con la marca de una uña en la mejilla. Cuando le pregunté qué había pasado mientras jugábamos en el baño con sus juguetes, uno de mis hijos increpó al otro diciéndole que se acordará del secreto”, explica con un nudo en la garganta la madre de estos niños. Y como niños que son la inocencia hizo el resto. “Mamá, la seño me ha dicho que te diga que el pellizco me lo ha dado mi hermano”. Fue entonces cuando confirmó sus sospechas. Tras hablar con otras madres descubrieron una historia horrible. El secreto no era otro que si contaban a sus padres lo que sucedía en el aula, la seño se encargaría de encerrarles y que sus padres no pudieran ir a recogerles nunca más.

“La profesora insultaba a los niños más inquietos y nerviosos. Daba permiso para ir al baño según le parecía. De hecho, varios días recogí a mi hijo lleno de pipí”, recuerda. Los tirones de oreja eran continuos “y fuertes, tanto que mis hijos llegaban a casa con las orejas hinchadas y con la marca de las uñas” y los pellizcos en la mejilla con, de nuevo, la uña marcada se convirtieron en habituales. La profesora de apoyo en el aula contó en el juicio otro tipo de malos tratos como “inmovilizar a un niño entre la mesa y la silla con un aro o sacarles de debajo de la mesa tirándoles de la oreja o del pelo”. Incluso hay mensajes de WhatsApp en los que la maestra de apoyo retransmitía “casi en directo” a una de las madres lo que sucedía.

Desgraciadamente la lista de actuaciones de esta profesora no acaba aquí.  A uno de los alumnos, recordemos que los niños tenían 3 años prácticamente cumplidos, le metió en el contenedor de basura, “hasta en dos ocasiones”, mientras el resto de la clase hacia un circulo a su alrededor y le llamaban “sucio, guarro y pestoso”. Este ha sido el único hecho reconocido por la profesora durante el juicio. “El resto de las pruebas no han sido suficientes para el juez, que no cree que se hayan producido malos tratos, solo ve un delito contra la integridad moral lo que supone un año y tres meses de prisión y de inhabilitación”, lamenta esta madre, que considera que esta profesora no debería volver a ejercer por lo que van a recurrir la sentencia. “Sabemos que esto no solo ha pasado con nuestros hijos. Hay madres de otros cursos que se han puesto en contacto con nosotros porque en su día no pudieron denunciar al carecer de pruebas”.

La actuación del colegio San Agustín tampoco fue la deseada. Muchas madres fueron a hablar con la dirección del centro, que “protegió a la profesora en todo momento. Ni siquiera se molestó en investigar lo que era una evidencia ya que las heridas estaban ahí”, se queja esta madre. La sentencia declara al colegio responsable civil subsidiario, esto es, en caso de que la maestra no abone la indemnización de 2.000 euros se haría cargo el centro educativo.

Ya han pasado dos años de estos lamentables sucesos. Afortunadamente son niños y se olvidan de las cosas. Además para ellos a “la profesora mala que pega” se la han llevado los bomberos. “Han relacionado el día del incendio en el cole con la marcha de la señorita y creen que se la llevaron los bomberos. Cuando la ven por el cole creen que es su hermana gemela”, comenta con una medio sonrisa. A pesar de que olvidan, los traumas están ahí y sus hijos aún no pueden dormir a oscuras, ni ir al baño solitos.