Juicio contra el exprofesor del San Agustín por presuntos abusos a menores

El exdocente del San Agustín rompe a llorar, niega cualquier "ánimo sexual" y se siente como el "leproso de Ceuta"

A.D.B. afirma que en 40 años de profesión nunca ha tenido ningún advertencia de la dirección por su conducta y que no existe por escrito ningún parte al respecto. "Regalé sin contraprestación alguna". 

El exprofesor del colegio San Agustín, acusado por presuntos abusos a menores, ha sido interrogado en la tercera jornada del juicio en la Audiencia Provincial, pero solo ha respondido a las preguntas de su abogado defensor. IMG_1989

La defensa le ha preguntado por su edad (66 años) y el tiempo que ha llevado en el colegio (desde 1981). El acusado ha cifrado en 20.000 o 25.000 alumnos con los que en ese tiempo ha tratado y ha afirmado no haber tenido problema alguno. 

Sobre el laboratorio adonde iba con los menores y en donde recibía masajes cervicales, ha señalado que era un almacén y que no podía cerrarse. 

Ha reconocido que su trato en clase era muy diferente al que tenía en la calle con los alumnos, me mimetizaba con ellos en reuniones y en la cofradía, pero ha asegurado que nunca tuvo ninguna intención sexual con los menores. IMG_1982

Su teléfono móvil, ha indicado, lo usaban sus alumnos. "Sabían manejarlo mejor que yo" y ha negado que él fuera el que hiciera tres fotos fuera de tono al hijo de la denunciante, del que dice que no tiene nada que reprocharle. 

En casa daba clases particulares a alumnos porque su salario era muy bajo en un colegio privado y que los menores han seguido yendo a su casa porque les llamaban y estaban aburridos. Vivía con su padre entonces. "Conocía a las familias y he llegado a ir a bautizos y hasta los he visto nacer". De los masajes, algunos se hicieron en casa cuando se los pedían. Los masajes a él fueron por sus problemas cervicales que ha querido mostrar quitándose los zapatos. Dice tomar tratamiento por el dolor. Depilaciones, realizó cuatro o cinco y siempre de piernas para abajo, ha puntualizado. IMG_1919 (1)

Sobre los regalos y las zapatillas que compró para un menor, ha dicho que él es de regalos y que le manifestó al joven que si no le importaría que lo hiciera a la familia. Ha insistido en que no considera que haya hecho algo malo con los niños y que si los padres han interpretado otra cosa, les pide perdón. "Regalé sin contraprestación alguna". 

Sobre El Refectorio y el parador La Muralla iba también con sus amigos, no solo con los jóvenes. En el primero no pagaba y conoce de siempre a los dueños. IMG_2004

"No he tenido ningún ánimo sexual y estoy más solo que la una en mi casa". "No me he excedido en ninguna cuestión. No he accedido a ninguna página de pornografía infantil. No sé como entrar en esas páginas".

Después de 66 años viviendo en Ceuta y por estas interpretaciones, ha remarcado entre sollozos que "soy el leproso de la ciudad. Es un linchamiento lo que sufro", más duro aún habiendo padecido la muerte de su padre. En todo momento el acusado a agarrado con fuerza en su mano un rosario. 

El juicio continuará el 27 de enero a las 10.30 horas con la declaración del perito informático que está enfermo de covid. 

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