El vehículo de servicio público pertenecía a un trabajador de la Asociación Profesional Auto-Taxi. Ha sido de madrugada cuando uno o varios individuos han prendido fuego al coche dejándolo completamente inservible. Estaba estacionado junto a su vivienda en los terrenos cercanos a la Protectora de animales, en la subida a la barriada Postigo.
Jesús Murcia Pacheco, propietario del vehículo, llevaba trabajando el taxi unos 35 años. El taxi era de su padre y el continuó haciendo servicios hasta ayer. Es el número 31.
Era su medio de vida y ahora el trabajador se ve en un situación desesperada. Incluso tuvo que ser atendido en el hospital al conocer la noticia. No ha podido recuperar ni el GPS ni el taxímetro y tiene que empezar de cero.
A las doce de este mediodía sus compañeros han organizado una parada en solidaridad con Jesús en la Gran Vía.
