Iba a ser una mañana más en el Colegio Beatriz de Silva, hasta que una terrible situación, difícil de olvidar por quienes la han vivido en primera persona, la ha convertido en una pesadilla con final feliz gracias a la intervención de una enfermera que se encontraba prestando sus servicios hoy en este centro escolar.
Una alumna de infantil de 3 años, tras sufrir repentinamente un episodio de convulsiones, se quedó inmóvil en el suelo, sin capacidad para respirar. Mientras su piel empezaba a volverse azulada por la falta de oxígeno. El colegio actuó con rapidez siguiendo el protocolo de aviso al 112, mientras una enfermera que casualmente hoy prestaba servicios en el centro, procedió a examinarla y actuar rápidamente colocando una cánula de Guedel a la pequeña. Literalmente, esta actuación ha salvado la vida de la niña que, cuando llegó la ambulancia solicitada, ya había recobrado el conocimiento.
La enfermera, a la que la dirección del colegio quiere agradecer públicamente su profesionalidad y capacidad de reacción, presta sus servicios de manera compartida con el colegio Andrés Manjón, por lo que ha sido una verdadera suerte que, precisamente hoy, estuviera trabajando en el Colegio Beatriz de Silva.
No es la primera vez que en Ceuta se pone en evidencia la necesidad imperiosa de contar con personal sanitario en los colegios, como ya ocurrió recientemente en el colegio José Ortega y Gasset, donde otro enfermero del Plan de Empleo intervino en un atragantamiento que heló la sangre a maestros y alumnos.
La Plataforma Estatal de Enfermería Escolar, constituida por SATSE, el Foro Español de Pacientes, ANPE y la Federación de Diabetes, lucha por la implementación de personal sanitario en los colegios, considerando que son los profesionales que pueden actuar con calidad y seguridad en situaciones como la vivida hoy en este centro escolar de Ceuta. A esta lucha, se suma toda la comunidad educativa, desde los profesores hasta los alumnos, pasando por sus familias.
Desde el Colegio Beatriz de Silva, lamentan que no se cuente con un profesional de la enfermería a diario, teniendo que compartir sus servicios con otros centros y provocando así que día sí y día no, crucen los dedos para que no ocurra nada a ninguno de sus alumnos. En definitiva, su presencia puede salvar la vida de niños como la pequeña que hoy ha pasado por este mal trago.
