El helicóptero "Almoraima" (arriba). El presidente Vivas en el Centro de Coordinación Operativa (C.A./CEDIDA)
El fuego declarado esta mañana en la zona de La Lastra, dentro del área de Calamocarro, ha sido extinguido. Las estimaciones provisionales cifran en unas ocho hectáreas la superficie devorada por las llamas. Según informa la Ciudad, en torno a las cinco y media de la tarde se comenzaba a trabajar en las labores de mitigación del incendio.
Una llamada a las once menos veinte de la mañana a los servicios de emergencia alertaba de un nuevo incendio en el entorno de los montes cercanos a Calamocarro. Apenas ha transcurrido un mes desde que el pasado 8 de julio un fuego voraz devastaba 40 hectáreas de alto valor ecológico en el mismo área.
Los servicios contraincendios se desplazaban hacia la zona donde se levanta el centro de menores de Punta Blanca. La cercanía de las llamas, a apenas veinte metros de las instalaciones, obligaba a su desalojo y al de familias residentes en viviendas ubicadas en las proximidades. Un grupo de 17 menores ha sido trasladado al polideportivo Santa Amelia. Pasadas las cinco y media de la tarde, los jóvenes comenzaban a volver al centro.
El puesto de mando avanzado quedaba instalado en una explanada junto al Tiro de Pichón mientras se constituía el Centro de Coordinación Operativa (CECOP) en la sala del Consejo de Gobierno del Palacio de la Asamblea. La Ciudad establecía el nivel de alerta 1 de su Plan de Incendios Forestales, que se desactivaba a media tarde una vez que el fuego fue controlado.
El Servicio de Extinción de Incendios (SEIS) ha movilizado a una cincuentena de bomberos para enfrentar un fuego que, a diferencia del registrado el pasado julio, no ha precisado para su extinción la intervención de los soldados de la Unidad Militar de Emergencias (UME). El helicóptero del Ministerio de Agricultura KZ 53 “Almoraima” se ha incorporado a las labores de extinción, que ha abandonado una vez que la situación ha quedado bajo control.
El presidente de la Ciudad, Juan Vivas, ha sugerido, con todo tipo de cautelas, que el incendio ha podido ser intencionado.
