Los incidentes no cesan: el Puerto, indignado, ya no cree las palabras de la Delegación del Gobierno

Los migrantes siguen haciendo de las suyas en la zona portuaria perjudicando seriamente la actividad que allí se desempeña. 

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photo_camera Uno de los contenedores que han quemado hoy en el Puerto (C.A.)

Los incidentes no cesan en la zona portuaria. Diariamente los migrantes que deambulan por la zona ponen en peligro la actividad que allí se desempeña. 

Hoy, los marroquíes que ocupan la parte restringida del puerto han quemado varios contenedores que se encontraban en la zona de toma de combustible. Este acto vandálico ha obligado a cortar el tráfico de acceso a ese lugar.

Esto es lo que tiene que sufrir la comunidad portuaria todos los días. Un presión migratoria que se ha convertido en insostenible desde el pasado 17 de mayo en toda la ciudad en general y en el puerto en particular.

La zona portuaria siempre ha sufrido la presencia de migrantes cuyo objetivo es colarse en uno de los barcos y llegar a la Península, les cueste lo que les cueste. Con la entrada de miles de migrantes hace un mes el puerto vuelve a sufrir este problema pero multiplicado por diez.

Hace unas semanas el presidente de la Autoridad Portuaria, Juan Manuel Doncel, calculaba que había por el Puerto unos 500 migrantes y exponía las consecuencias negativas que la presencia de estos jóvenes supone para la actividad portuaria.

Uno de los colectivos afectados es el de los transportistas. Se quejan de que a estos migrantes no se les apliquen medidas correctoras. “Ellos saben que no se les puede hacer nada y siguen campando a sus anchas, sin ningún temor”. Por este motivo solicitan un refuerzo policial en la zona ya que la Guardia Civil, Policía Nacional y Portuaria no pueden hacer más.

Los transportistas han mantenido una reunión con la delegada del Gobierno para que medie en este asunto que compete al Estado. Según el colectivo, Salvadora Mateos se ha comprometido a solicitar refuerzos policiales para el puerto de Ceuta.

Sin embargo esta ayuda no llega y los incidentes no cesan. Esta situación está repercutiendo de manera negativa en el tráfico de barcos sin que nadie ponga remedio. La comunidad portuaria está cansada y ya no cree las palabras de la delegada. Los afectados exigen una actuación inmediata.