Juicio contra el maestro del “Ramón y Cajal”: forenses y psicólogos se centran en el entorno desestructurado de la menor

El juicio ha entrado en su recta final. Esta mañana nuevas declaraciones, por la tarde se esperan las conclusiones y que quede visto para sentencia.

Juzgado
photo_camera Psicólogos forenses declarando esta mañana en el juicio contra el maestro (C.A.)

El segundo día del juicio contra el maestro del colegio Ramón y Cajal acusado de presuntos abusos a menores ha arrancado con la declaración de dos médicos forenses.

Una de ellas ha narrado cómo actuaron el día que se tuvieron que trasladar hasta el Hospital donde se encontraba la menor. Allí, ha manifestado la médico, tuvo la oportunidad de hablar con la niña quien le dijo que el maestro le daba besos y gesticulaba sacando la lengua.

También hizo referencia a la utilización por parte del docente de un palito fino como el de las orejas, que introducía en las partes de la menor.

La forense ha asegurado que en todo momento la niña utilizó una explicación propia de una persona de cuatro años.

Con respecto a las conclusiones extraídas, la médico forense ha manifestado que no existían lesiones ni anales ni vaginales. Aunque ha puntualizado, tras una pregunta del fiscal, que con un “bastoncillo” no se pueden apreciar esas lesiones.

La otra médico ha querido puntualizar la vulnerabilidad de la menor por su entorno desestructurado. “En este tipo de niños es más difícil percatarse de una situación anómala”.

A continuación ha sido el turno de uno de los policías nacionales que también se desplazó hasta el Hospital el día que acudió la menor para ser reconocida. El agente, que ha declarado por videoconferencia, ha narrado que la niña se encontraba tranquila, actuando con normalidad, al igual que la madre que no aparentaba estar enfadada o con rabia. Al parecer, según ha intervenido el fiscal, esta declaración nada tiene que ver con la realizada hace dos años al juez de instrucción al que comentó que la niña mostraba vergüenza y que les llamó la atención la actitud de la madre. El agente ha asegurado no recordar esa declaración, “pero si lo dije en su momento sería verdad”.

 

Turno de los psicólogos

Durante la jornada matinal también han declarado cuatro psicólogos forenses, dos de manera presencial y dos por videoconferencia.

Los profesionales que estaban en la sala han narrado que el relato de la niña fue coherente pero “llegó a nosotros después de haber pasado por muchas fases previas”. La menor antes de hablar con los psicólogos presenció la declaración de la madre en varias ocasiones y se le realizaron preguntas por parte de otras personas.

Sin embargo, los psicólogos que estaban a través de la pantalla dudan de la existencia de una relación mínima de hechos para formar un relato. Unas discrepancias que también se han observado en otros aspectos a lo largo de la declaración de este colectivo.

Los psicólogos también se han centrado en el entorno más cercano de la niña. La madre denunció al padre por malos tratos. En el momento de los hechos denunciados se encontraba trabajando fuera de Ceuta y el padre en prisión. La menor vivía con su abuela, según han expuesto, en situación de precariedad y con carencias económicas.

Los profesionales han manifestado que “los cambios a esas edades son muy frecuentes y pueden ser por diferentes causas, no sólo por abusos sexuales”.

De esta manera, los psicólogos se han basado en informes realizados a ambas partes implicadas de los cuales no pueden deducir si la denuncia es verdad o mentira al igual que la actuación del maestro.

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