la sentencia considera que la administración no vigiló al menor tutelado

Una juez condena a la Ciudad a pagar 300.000 euros a la familia del joven asesinado en La Ribera

El Juzgado de lo Penal considera a la Ciudad no cumplió con sus obligaciones como responsable de la tutela del menor que asesinó a Ibrahim en La Ribera. La sentencia condena a la Administración a pagar casi 300.000 euros a la familia "porque no agotó ni estableció con suficiencia medidas de vigilancia y control sobre el menor " cuando sus actos agresivos "eran perfectamente previsibles".

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photo_camera El joven tetuaní estaba pasando el día en la ciudad cuando fue asesinado (ARCHIVO)

La Ciudad debe pagar a los padres y hermanos de Ibrahim Arraoui cerca de 295.000 euros como responsable civil por el asesinato de este tetuaní de 20 años el pasado mes de marzo en la playa de La Ribera, según la sentencia dictada por el Juzgado de lo Penal número 1. La jueza, Lidia María León, explica “que nos encontramos ante una infracción dolosa y no imprudente, por lo que necesariamente ha de entenderse que los perjuicios irrogados al perjudicado son de mayor entidad”. La cantidad que debe abonar la Ciudad corresponde además a los gastos del sepelio y de la repatriación del joven a su ciudad natal.

En la sentencia se refleja la personalidad conflictiva del menor, “que se mostraba irreflexivo, impulsivo y no medía las consecuencias de sus actos”, habiéndosele observado- según informes del equipo técnico- “reacciones de agresividad y violencia extrema ante situaciones de estrés o alta emotividad, que no se responsabilizaba de sus actos e intentaba justificarlos manipulando y tergiversando los hechos, encontrándose inmerso en conductas antisociales y delictivas, siendo frecuentes las peleas y discusiones con otros menores, contando con numerosas condenas impuestas por este mismo Juzgado por la comisión de delitos de naturaleza violenta, que consumía esporádicamente alcohol y drogas y que solía fugarse con bastante frecuencia del Centro de Realojo Temporal de Menores, donde residía”.

Tal y como se explica en el auto, el joven había abandonado tanto la escolarización en Tercero de la ESO como el curso de alfabetización al que se le integró el Aula de Inmersión Lingüística. Se considera que “dichas circunstancias deberían haber llevado a los responsables de la Institución de Protección a la adopción de las medidas de vigilancia que las mismas exigían, siendo además demostrativas del escaso control de la actividad del menor, al tiempo que ponen de manifiesto la inexistencia de un comportamiento corrector y educativo adecuado por parte de la Administración”, por lo que para que la jueza resulta “indiscutible” que la Ciudad Autónoma “no agotó ni estableció con suficiencia medidas de vigilancia y control tendentes a paliar esa peligrosidad y someter a una mayor vigilancia al menor para evitar actos agresivos del mismo que eran perfectamente previsibles, teniendo en cuenta las características de conflictividad del mismo”.

 

Cinco menores condenados

Ya en junio, el juzgado de Menores dictó sentencia sobre los cinco menores implicados y tutelados por la ciudad. Así, condenó a M.K. por un delito de un homicidio, además de robo con violencia mediante el uso de un arma o instrumento peligroso, con el agravante de abuso de autoridad, motivado por atacar por detrás a Ibrahim y portando una navaja. Precisamente fue ese instrumento el que utilizó M.K. para intimidar y matar al joven de una puñalada en el corazón. Por estos delitos ha sido condenado a 7 años de internamiento en régimen cerrado durante 7 años, aunque desde el pasado 11 de marzo permanece internado en régimen cerrado como medida cautelar. En esa misma situación, están los otros dos menores participantes en los hechos, M.B. y S.M. a los que el juez acusa de un delito con violencia y a 24 meses de internamiento, la mitad de ellos en libertad vigilada. Los cómplices de los hechos, y acusados de encubrimiento, A.B. Y H.Z., pasarán 18 meses internados en régimen semiabierto, de los cuales la mitad serán en libertad vigilada.

 

Antecedentes

Los hechos se produjeron en torno a las cuatro y media de la tarde del pasado mes de marzo en la playa de La Ribera. La víctima, que se encontraba acompañada de un amigo, fue asaltada por los agresores con el propósito de robarles. El fallecido intentó defenderse e, incluso, acertó a lanzar una piedra contra sus atacantes. Como respuesta, uno de los menores le asestó una puñalada en el costado izquierdo. Mortalmente herido, la víctima consiguió ascender por las escaleras que conducen desde la playa hasta las proximidades del Club Caballa, en la calle Independencia, donde cayó desplomado. Los intentos de los sanitarios del 061 por reanimar al joven resultaron estériles.