Kanjaa, el detenido como autor del ataque a las iglesias de Algeciras, tenía una orden de expulsión

El marroquí, de 25 años, residía como «okupa» en una vivienda ubicada en el centro de la ciudad, muy cerca de los templos religiosos donde perpetró sus ataques.

Una flor abandonada en la Plaza Alta, donde cayó asesinado el sacristán Diego Valencia (CEDIDA)
photo_camera Una flor abandonada en la Plaza Alta, donde cayó asesinado el sacristán Diego Valencia (CEDIDA)

Yasinne Kanjaa, el marroquí de 25 años que asesinó este miércoles en Algeciras con un machete al sacristán de Nuestra Señora de La Palma, Diego Valencia, estaba pendiente de la ejecución de una orden de expulsión que pesaba sobre su persona. El ataque perpetrado por el joven, ya detenido está siendo investigado por la Audiencia Nacional como una acción terrorista.

Kanjaa residía en Algeciras desde el pasado verano y sobre él pesaba una orden de expulsión. El detenido vivía como «okupa» en pleno centro de la ciudad y a escasos metros de las iglesias de San Isidro y La Palma, donde consumó sus ataques. Las agresiones se iniciaron en el templo de San Isidro, donde, en torno a las siete y media de la tarde, vestido con una chilaba y esgrimiendo un machete, agredió en el cuello al sacerdote salesiano Antonio Rodríguez. Una hora antes ya había entrado en la iglesia increpando a los feligreses, aunque poco después se marchó.

Tras dejar atrás herido de gravedad a Rodríguez, Kanjaa se encaminó hacia la cercana iglesia de La Palma. En el interior del templo, comenzó a causar destrozos en el ajuar de la parroquia y a lanzar gritos que llamaron la atención del sacristán Diego Valencia, quien se enfrentó al individuo llamándole la atención. Como respuesta, Kanjaa esgrimió el machete y comenzó a perseguirlo fuera de la iglesia. Valencia apenas si pudo correr diez metros en dirección al centro de la emblemática Plaza Alta, donde cayó acuchillado. El agresor prosiguió su camino hacia la cercana Capilla Europa, que encontró cerrada. Pocos minutos después era detenido por la Policía.

Según publicaba esge jueves el diario «El Mundo», la Policía había comenzado a sospechar de la actitud de Kanjaa y lo había sometido a vigilancia por sus relaciones en los ambientes marginales, aunque carecía de antecedentes penales. Este extremo ha sido, sin embargo, negado por la Delegación del Gobierno en Cádiz.

La revelación de que tras la agresión a los religiosos podría haber motivaciones terroristas ha causado conmoción en la sociedad de Algeciras, una ciudad en la que no existen problemas de convivencia. La inquietud se ha acrecentado con los mensajes beligerantes contra los musulmanes que viven en la ciudad lanzados por la ultraderecha desde las redes sociales.

El Ayuntamiento ha convocado para este mediodía una concentración de repulsa por lo acontecido en la tarde del miércoles y de solidaridad con las víctimas. El ministro de Interior, Fernando Grande Marlaska, ha suspendido un viaje oficial a Suecia para desplazarse hasta Algeciras.