REAL INSTITUTO ELCANO

La mayoría de las mujeres que han viajado para incorporarse a Daesh son nacidas y residentes en Ceuta y Melilla

Investigadores indican que el 10% de los desplazados a la zona de conflicto desde España son mujeres.

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photo_camera Dos policías conducen a una detenida en una operación contra una célula yidhadista/ MINISTERIO DEL INTERIOR

Un informe realizado para al Real Instituto Elcano por la investigadora Carola García-Calvo pone de relieve en que la mayoría de las mujeres que se han desplazado desde España para engrosar las filas de Daesh (el autodenominado Estado Islámico) en Siria e Irak son nacionales españolas vinculadas a Ceuta y Melilla.

Así, los datos que maneja la experta señalan que la mayoría de las mujeres que han viajado desde el país hasta la zona que controlan los terroristas “son nacionales españolas descendientes de inmigrantes, predominantemente marroquíes, nacidas y residentes en las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla”. De manera incipiente también se ha detectado que se está produciendo el fenómeno en la Comunidad Autónoma de Cataluña, lo que denotaría “una vez más la eclosión del yihadismo español”.

Los datos que manejan los expertos, que figuran en el informe ‘Las mujeres del Estado Islámico’, ponen de relieve que en torno a un 10% de los más de 90 desplazados al conflicto desde España en la actualidad son mujeres. La última detectada fue una joven vecina de la barriada Príncipe Alfonso, que fue localizada en la frontera entre Turquía y Siria cuando se disponía a cruzarla. Finalmente fue devuelta a España. Forma parte de un grupo de diez mujeres que han sido detenidas antes de alcanzar el objetivo de instalarse en el autodenominado Califato.

Las mujeres detenidas en España en el marco de las grandes operaciones antiterroristas llevadas a cabo a partir de 2013 son más jóvenes que los varones. Sus edades oscilan entre los 14 y los 32 años, dos de ellas menores de edad. El rango de edades de los  varones se fija en una horquilla que va desde  los 22 hasta los 53 años.

Si bien la mayoría de los varones estaban casados, entre las mujeres se encuentra un buen número de solteras que pretendían contraer matrimonio con algún terrorista a su llegada al territorio ocupado.

En todo caso, el papel que Daesh reserva a estas mujeres está “muy alejado de la primera línea de combate, protegido y constreñido por los muros del hogar, en un activo a la par que mediático segundo plano”.

Se ven seducidas por una visión “romántica” de la vida en el entorno de  los terroristas, aunque sólo una pequeña proporción lo hizo con voluntad de implicarse en primera línea de combate, algo que finalmente no llegaría a producirse, ya que la práctica activa de la violencia “queda muy lejos” de la idea de Daesh de lo que entraña “la yihad femenina”.