Los Mossos evitan la agresión a una periodista de La Sexta

La gente concentrada en Calella no dejó de gritar "prensa española, manipuladora"

Captura de pantalla 2017-10-03 a las 11.01.52 copia
photo_camera Mossos evitan la agresión de un periodista

Esta vez, los Mossos de Escuadra sí realizaron bien su trabajo y, por mucho que pretendan seguir siendo fieles al pueblo catalán, impidieron que una periodista de La Sexta fuera agredida por catalanes residentes en Calella, a los que parece que no sienta bien la presencia en sus calles de profesionales que no pertenezcan a medios de comunicación de esa comunidad autónoma.

Muchos se enterraron de ese intento de agresión a través de una de sus compañeras de cadena, la presentadora de El Objetivo Ana Pastor, que publicaba en su cuenta de Twitter "nuestra compañera @AnaCuestaH teniendo que ser protegida por los mossos mientras hace su trabajo en Calella". La propia reportera, que además es la sustituta de Cristina Villanueva los fines de semana en plató, le respondía a Pastor desde la red social asegurando que había recibido insultos y acusaciones de manipulación: "Te acusan de manipular sin escucharte. Y pierden la poca razón que puedan tener cuando llegan a insultos personales. Gracias". 

Ya por la noche, durante el especial de Al rojo vivo sobre Cataluña que condujo Antonio García Ferreras, la propia reportera contaba que "un grupo de Mossos han tenido que venir a ayudarnos para hacer nuestro trabajo", y precisó que esas fuerzas del orden habían creado una barrera para aislarla a ella y a su cámara de los manifestantes, que cada vez mostraban una actitud más virulenta hacia ellos. 

Cuesta, que por la noche había sido trasladada por los Mossos hasta Pineda del Mar, donde siguieron los insultos y las amenazas contra ella, sufrió lo mismo que su compañero José Yélamo, desplazado a la Jefatura Superior de Policía de Barcelona, donde los agentes fueron despedidos a pedradas, y ambos fueron increpados en directo al grito de "Prensa española, manipuladora", mientras que recibían insultos y varias personas le hacían gestos despectivos con los dedos de la mano. Afortunadamente las palabras no pasaron de ahí y los dos profesionales no sufrieron ninguna lesión.