Juicio del talibán español

La Policía asegura que los miembros de la célula de Ceuta eran "el referente de yihadismo"

Un agente de la Policía ha declarado como testigo en la segunda sesión del juicio a los tres presuntos yihadistas detenidos en Ceuta. 

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photo_camera Los presuntos yihadistas fueron detenidos en 2006 (ARCHIVO)

Un agente de la Policía que investigó al talibán español Hamed Abderrahman y a sus dos compañeros Morad Duas y Hamsa Lachayi, ahora enjuiciados por formar parte de una célula que presuntamente captaba menores para Dáesh, ha dicho este martes que los acusados eran "el referente del yihadismo en Ceuta".

Así lo ha explicado el testigo en la segunda sesión del juicio a los tres presuntos yihadistas, que se enfrentan a una petición fiscal de 12 años de prisión por integración en organización terrorista y declararán cuando se haya practicado toda la prueba. Hamed fue extraditado a España desde Guantánamo y absuelto en 2006 por el Tribunal Supremo de integrar Al Qaeda.

El policía ha contado que los procesados se reunían todos los días durante horas, normalmente en la tienda de alimentación de Hamed, conocida como "la del Guantanamero". A los encuentros iba gente "muy variada" de El Príncipe, y en ellos se repetían "como un mantra" cánticos yihadistas y mensajes propagandísticos del Dáesh.

"A veces era violento ver como enaltecían y vitoreaban determinadas acciones terroristas. Veían muchos videos de martirios", ha añadido.

A estas reuniones también solían acudir "bastantes menores", a los que adoctrinaban "de acuerdo con su edad" y, según el agente, se dirigían a ellos de manera más moderada, hablando primero de las obligaciones de un buen musulmán y viendo en su presencia los contenidos violentos de propaganda del Estado Islámico.

El testigo ha explicado que los acusados, que se identificaban como miembros del Dáesh, formaban parte de una célula organizada y cohesionada, y dentro de ella, Hamed se posicionaba como líder por sus conocimientos de árabe, del Estado Islámico y militares, y marcaba la doctrina y la temática de los encuentros.

Morad era el que aportaba el material que se visionaba en el acontecimiento y se encargaba de la financiación, y Hamsa, que tenía un papel "a nivel logístico", fomentaba el "efecto llamada" a las reuniones por su reputación, ya que su hermano, Mustafa Mohamed Layachi, fue un terrorista suicida que murió en Siria y "eso todo el mundo lo sabía".

El agente ha asegurado que los procesados establecían protocolos de seguridad porque eran conscientes de que les seguían y tomaban precauciones para descargar material propagandístico del Dáesh o para alertar la presencia de investigadores cerca de ellos.

Otro de los policías que ha declarado como testigo ha explicado que cuando detuvieron a dos de los acusados -Hamed y Hamsa- estos se encontraban reunidos en el domicilio del hermano de la mujer del primero, un español actualmente ubicado en Siria, terrorista desplazado a zona de conflicto.

La Fiscalía solicita para los procesados, que llevan tres años en prisión provisional, de forma alternativa a los 12 años de cárcel, 9 por adoctrinamiento. En el caso de Hamed la fiscal le pide dos años más por el robo de dos motos y a Hamsa cuatro más por tráfico de drogas, ya que cuando fue detenido se le intervinieron 18 kilos de cannabis.