La Policía Nacional apoyará a los Bomberos en sus servicios en las barriadas Príncipe Felipe, Príncipe Alfonso y en la zona de Arcos Quebrados y aledaños “según disponibilidad de efectivos”.
Así consta en la comunicación que la Consejería de Gobernación ha difundido entre los mandos de la Policía Local, en la que se recogen, en apenas tres párrafos, los términos del protocolo de actuación establecido para prevenir agresiones a los miembros del Servicio de Extinción de Incendios y Salvamento (SEIS). El mencionado protocolo se fraguó en el transcurso de una reunión celebrada el pasado día 10 entre responsables de los cuerpos de Policía Nacional y Policía Local. El encuentro se celebró después de que los bomberos denunciaran haber sido víctimas de un grupo de jóvenes que les apedrearon hasta en dos ocasiones cuando acudían a una llamada de emergencia en Arcos Quebrados.
El protocolo fija que las llamadas en las que se alerte de un “conato de incendio” en las zonas consideradas conflictivas serán transferidas a la Unidad de Intervención Rápida de la Policía Local (UIR) o, “en su defecto”, a Seguridad Ciudadana. La instrucción encomienda al servicio de emergencias 112 la comunicación de los hechos al Cuerpo Nacional de Policía, cuya intervención queda supeditada a que se disponga de agentes suficientes.
La indefinición sobre la participación de los agentes de la Policía Nacional en estas incidencias ha causado sorpresa en círculos sindicales de la Ciudad, entre los que se considera que los términos del protocolo no garantiza la presencia de los agentes del cuerpo en apoyo de los policías locales.
