Un motorista es detenido después de huir a toda velocidad de un dispositivo de la Policía Local

Los agentes lograron localizarlo y detenerlo después de que huyera y tratara de deshacerse del vehículo

photo_camera Martinez Segura atiende a trabajadores en la sede de CSI.F./M.G.

Bartolomé Martínez Segura, miembro del Comité de Empresa de Trace, la adjudicataria del servicio de limpieza, pone sobre la mesa, de entrada, la “falta de personal para realizar servicios”.

“El ciudadano cree que no queremos realizar nuestras funciones, pero es evidente que hay un fallo en el plan de servicios de la Ciudad. De hecho, por esta equivocación, la Ciudad ha tenido que pagar un 10% más sobre lo previsto”, indica en relación a los 1,3 millones de euros de ampliación de contrato con Trace.

Desde su punto de vista, “ahora es cuando se ha tomado conciencia de que faltan servicios. El Comité ya venía advirtiendo de los fallos que se estaban produciendo, prestando un servicio que no estaba en relación con la calidad exigible”.

“Somos los primeros que queremos calidad. De ello vivimos y cobramos”, señala. Ahora bien, es consciente de que se han producido circunstancias adversas.

En primer lugar, durante los ocho primeros meses de prestación de servicios estuvieron trabajando con “maquinaria antigua”. La nueva no llegó hasta agosto del pasado año.

Además, pone de relieve que el Plan de Servicios vulnera el convenio colectivo. Hay una serie de trabajadores que trabaja de lunes a viernes y otros que lo hacen solo sábados, domingos y festivos. En este sentido, es tajante: “falta personal en la calle”.

“Se viene hablando de carencias en los servicios” y es cierto. Se mantienen conversaciones entre la Ciudad, la empresa y los trabajadores. Todavía  no están cerradas.

Uno de los problemas, apunta Bartolomé Martínez Segura, es el “exceso de burocracia. A fecha de hoy no están cumplimentados los trámites pertinentes ni hay fecha concreta”. Todo ello se ve desde el Comité de Empresa como una falta de ética profesional con los trabajadores: “han querido vender la piel del oso antes de cazarlo. Además, la oposición en la Asamblea no lo tiene claro y ponen muchas trabas”, advierte.

“Se ven perspectivas, pero no la luz al final del túnel”, señala. El 31 de diciembre finaliza el convenio colectivo que afecta a 390 trabajadores, más los hipotéticos 50 con los que se ampliaría la plantilla.

En concreto, de lunes a viernes trabajan 230, más unos 113 los fines de semana, así como entre 18 y 19 en las tareas de contenerización.

Hay que tener en cuenta también el proceso de jubilaciones, con el que hay problemas que se tienen que resolver mediante negociación con la empresa.