Juicio talibán español

Varios peritos confirman que en célula yihadista de Ceuta podían radicalizar menores

Tercera sesión del juicio a los tres supuestos yihadistas detenidos en Ceuta. 

Taliban de Ceuta 1

arios peritos han avalado este miércoles la versión de la Fiscalía al exponer los métodos de captación de menores del Dáesh, que coinciden con los que presuntamente aplicaban el 'talibán español', Hamed Abderrahman, y los otros dos acusados de liderar una célula yihadista en Ceuta, Morad Duas y Hamsa Lachayi.

Uno de los agentes que declaró ayer en la segunda sesión del juicio a los tres supuestos yihadistas corroboró la acusación de la fiscal y explicó que los procesados adoctrinaban a los menores con los que se reunían "de acuerdo con su edad". Los peritos psicólogos han asegurado este miércoles que, para radicalizar menores, Dáesh "se pone a su nivel".

La organización terrorista modula el mensaje para dirigirlo a los niños, "habla su idioma", fomenta el "hermanamiento" para seducirles e incluso puede utilizar las redes sociales para llamar su atención. Según la Fiscalía, muchas de estas técnicas eran las empleadas por Hamed, Morad y Hamsa.

Los acusados se enfrentan a una petición de fiscal de 12 años de prisión por integración en organización terrorista y declararán mañana jueves ante el tribunal. Uno de ellos, Hamed, fue extraditado a España desde Guantánamo y absuelto en 2006 por el Tribunal Supremo de integrar Al Qaeda.

Los psicólogos han expuesto que los mensajes propagandísticos del Estado Islámico, "justificados desde un fin ideológico", se basan en la utopía, el victimismo y la violencia, y pueden ir dirigidos a combatientes, mujeres, familias completas e incluso a menores.

Han añadido que la premisa en la que se basa la propaganda yihadista es: "O estas con nosotros o contra nosotros. Si quieres practicar la religión musulmana, ser un buen musulmán, tienes que hacer lo que Dáesh dice".

Según han matizado, estos mensajes no necesariamente deben convencer a los adeptos para que se desplacen a territorio de combate o cometan acciones de violencia en su lugar de domicilio, "basta con que se conviertan en activistas mediáticos y ayuden a radicalizar a otras personas", lo que sería el trabajo de los acusados, de acuerdo con la fiscal y la acusación popular, ejercida por la Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT).

Las acusaciones afirman que se reunían todos los días durante horas, normalmente en la tienda de alimentación de Hamed, conocida como "la del Guantanamero", donde repetían "como un mantra" cánticos yihadistas y mensajes propagandísticos del Dáesh e iba gente "muy variada" del barrio ceutí de El Príncipe, a la que supuestamente querían radicalizar.

Autodenominados miembros del Dáesh, formaban parte de una célula organizada y cohesionada, y dentro de ella, Hamed se posicionaba como líder por sus conocimientos de árabe, del Estado Islámico y militares, y marcaba la doctrina y la temática de los encuentros.

Morad, dice el ministerio público, era el que aportaba el material que se visionaba en el acontecimiento y se encargaba de la financiación, y Hamsa tenía un papel "a nivel logístico".

La Fiscalía solicita para los procesados, que llevan tres años en prisión provisional, de forma alternativa a los 12 años de cárcel, 9 por adoctrinamiento. En el caso de Hamed la fiscal le pide dos años más por el robo de dos motos y a Hamsa cuatro más por tráfico de drogas, ya que cuando fue detenido se le intervinieron 18 kilos de cannabis.