Esta es la increíble nómina de un maravilloso contrato de 58 €

 

Tres meses después de volver a España, tras acabar mi Erasmus, en lo mejor del barrio de Salamanca -me cuentan que lo llaman la milla de oro- me han pagado mi primer sueldo: 58 euros. A a 3,6 euros la hora, en un una tienda de una multinacional verde, dedicada a los productos ecológicos.

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El mes pasado yo fui uno de los puestos de trabajo que el Gobierno Rajoy anunció que se habían creado. Os adjunto mi historia con mi maravilloso contrato de 58 euros y la nota que dejé a mi jefe, por si os sirve de algo.

Me contrataron para trabajar únicamente los domingos, con un sueldo de 104, 76 euros al mes, a 6,54 euros la hora, lo cual, a pesar de ser bastante menos de lo que cobraba en las islas inglesas, me pareció bien. El mes de agosto cobré en negro, y no cobré nada mal (200 euros por 20 horas aproximadamente), pero estaba a la espera de estar dada de alta en la SS y de tener un contrato legal. Por fin.

El mes de septiembre lo comencé ya con mi contrato, animada y contenta, vendiendo los productos (tan naturales y sanos) a mi familia y amigos, y orgullosa de mí misma. Imaginaos pues, cuál es mi sorpresa, cuando a finales del mismo mes, mi jefe me deja mi nómina en la tienda para que la vea y cobre cuando vaya a currar, y me encuentro que, con la deducción de los impuestos que me han hecho, mi sueldo al mes se queda en 58,63 euros, lo cual no llega a cuatro euros la hora (3,66 exactamente). Llamo a mi jefe (pues debe haber un error en la nómina, con ese dinero me puedo pagar el abono transportes que utilizo para ir a trabajar y me sobran 8 euros para una peli en el cine), y después de unas ocho llamadas (sin exagerar), consigo que me lo coja y me escuche. Le digo que me voy, que me niego. Me pidió que esperara a que viniera alguien a sustituirme.

Tuve ganas de llorar. Me sentí humillada y, sobre todo, me dio rabia, joder, que estamos en España, en un país del primer mundo, dentro de la UE, con unos derechos por los que hace tiempo, muchos lucharon e incluso murieron por conseguirlos.