Salvó la vida de su sobrino a cambio de su exitosa profesión

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Alejandro Benítez era futbolista histórico del equipo Central Larroque, pero ha alcanzado la fama por un motivo muy distinto a sus goles: abandonó el fútbol para donarle parte de su hígado a Milo, uno de sus sobrinos, y salvarle la vida.

Desde que nació, los médicos supieron que algo no iba bien en el hígado y la única solución de salvar la vida del pequeño pasaba por un trasplante, que sólo podían hacer por un tema de compatibilidad la madre o Lulo. 

"Cuando me lo dijeron ni lo dudé. Tenía claro que debía abandonar el fútbol. Pero no me importó. Es más, jamás me voy a arrepentir de lo que hice", ha declarado el futbolista. "Es un acto de amor. Si se entera será porque alguien más le contó. Creo que es lo que cualquiera haría por un ser querido", sentencia.