Los estudios elaborados por el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) tras las últimas elecciones municipales reflejan que los ceutíes aprueban la actuación política del presidente de la Ciudad, Juan Vivas. Según un trabajo confeccionado a lo largo del mes posterior a los comicios, y en una calificación de 0 a 10, el político popular obtiene un nota de 6,46, más de dos puntos sobre la líder de MDyC, Fátima Hamed, que aparece como la segunda figura política cuya labor resulta más apreciada.
Este podio postelectoral dibujado por el CIS sitúa a José Antonio Carracao, exdiputado a la Asamblea y exsecretario general del PSOE, como el tercer político más valorado (4,36), seguido del portavoz de Caballas, Mohamed Alí, (3,55). El menos conocido y peor considerado es el diputado de Ciudadanos, Javier Varga (3,04).
La encuesta, elaborada sobre una muestra de 200 personas, formula otras preguntas relacionadas con las principales preocupaciones de los ciudadanos y la gestión municipal durante la legislatura anterior.
Según el trabajo del CIS, la percepción de los ciudadanos sobre la situación de la ciudad divide a los ceutíes. Así, mientras el 41,5 por ciento de los entrevistados la califican de buena o muy buena, el 34 por ciento la estima regular y el 24 por ciento la considera mala o muy mala.
Para el 81 por ciento de los encuestados, el principal problema de Ceuta es el desempleo, seguido de la inseguridad ciudadana (23%) y la vivienda (20%).
Por áreas de gestión, las actuaciones del poder político en materia de creación de empleo merecen la peor opinión a los ceutíes encuestados, que tampoco se muestran muy satisfechos con las políticas relacionadas con la vivienda, la inmigración o la seguridad ciudadana. El 61,5 por ciento considera que la gestión en el ámbito de la generación de puestos de trabajo ha sido mala o muy mala.
Curiosamente, a la pregunta de si otro partido habría mejorado la gestión desarrollada durante el pasado cuatrienio, un 14,5 por ciento considera que una formación distinta lo habría hecho mejor, mientras el 33 por ciento piensa que los resultados habrían sido peores. El 30,5 por ciento cree que nada habría cambiado.
