Opinión

Bienvenido Mr. Word: tuyo es el reino de los flojos

Los golpes de pecho y las obras. Hay una creencia, y a su vez convertida en leyenda en este nuestro país y a veces mal llamado España, que siempre fue referencia para los arquitectos y los técnicos y no era otra que la del visto bueno por parte de los jubilados de cuantas obras se realizaban a pie de calle. Opinaban, comentaban y a su vez valoraban.

Los golpes de pecho y las obras. Hay una creencia, y a su vez convertida en leyenda en este nuestro país y a veces mal llamado España, que siempre fue referencia para los arquitectos y los técnicos y no era otra que la del visto bueno por parte de los jubilados de cuantas obras se realizaban a pie de calle. Opinaban, comentaban y a su vez valoraban. Eran los auténticos artífices y fieles seguidores de las mismas, se permitían comentarlas e incluso valorarlas hasta tal punto que incluso se llegó a pensar que esas opiniones eran bien tenidas en cuentas por los responsables de las mismas.

Y puestos a seguir, me dirán, ¿a qué viene esto? Pues sencillamente a dos cosas. La primera es que mientras unos trabajan, se preocupan, crean, dejan su tiempo libre o descanso para acceder a una noticia y por ende a mostrarla a sus lectores o seguidores, otros simplemente se limitan a leerla, disponen de la misma y a veces ni cambian alguna que otra coma y la segunda, encima  se suelen dar golpes de pecho… y pavonearse de ser los man o woman  y ombligos del mundo mundial, sobre todo en el periodístico.

Una vez terminada la temporada estival, sin apenas “volaores”, me he permitido el lujo de emborronar este A-4 y recordar a todos que soy un enamorado de Mr. Word, por todo lo que me ha enseñado y… pegado, cortado, copiado, reproducido, calcado, etc. (Ver diccionario de sinónimos).

Mi padre que fue gran aficionado a lo raro de hoy, toros y boxeo, presumía de ser amigo (que lo era) de José Legrá, en una de esas noches de este campeón del mundo en visita a nuestra ciudad, le dijo: Sevilla (apodo), yo soy el mejor del mundo y te lo diré en pocas fechas. Si mi memoria no me falla, creo que lo consiguió en Brasil el entorchado de Campeón del Mundo en los pesos ligeros.

Bueno, en definitiva desde estas líneas y siendo mi primera vez a la hora de publicar un artículo, os digo bienvenido Mr.  Word, porque tuyo es el reino de los “flojos”.